El mundo despide conmovido a Francisco, y entre los miles de peregrinos presentes en Roma se encontraban varios ciudadanos del departamento Río Cuarto, quienes compartieron sus emotivos testimonios sobre el legado del pontífice y la atmósfera que se vive en el Vaticano ante la elección del nuevo Papa.
Sus palabras ofrecen una perspectiva cercana y personal sobre un momento histórico para la Iglesia Católica.
El sentimiento mundial y la “corazonada” de Santidad
María Reynot Blanco, coordinadora de viajes religiosos que se encuentra en el Vaticano, transmitió al diario Puntal el sentir generalizado de duelo por la partida de Francisco.
“El mundo llora a Francisco”, aseguró, reflejando la profunda impresión que el pontífice dejó a nivel global. Blanco también compartió una fuerte intuición sobre el futuro del Papa: “Tengo la corazonada de que en algún momento va a ser santo. Me lo dice mi intuición”.
Su experiencia en la organización de viajes religiosos, iniciada tras una significativa experiencia ante la Virgen de Medjugorje (Nuestra Señora de la Paz) que transformó su vida, le otorga una perspectiva particular sobre la fe y el sentir de los peregrinos.
Un legado en las periferias y la esperanza para el futuro
La feligresa Adriana Siccardi, oriunda de Jovita, también ofreció su testimonio, destacando la crucial misión de Francisco en las periferias del mundo.
“Soy admiradora de Jorge Bergoglio, desde antes de que fuera Papa”, afirmó, subrayando su admiración por el pontífice incluso antes de su liderazgo en la Iglesia.
Siccardi reconoció que el papa Francisco “fue incomprendido por muchos argentinos”, pero enfatizó la trascendencia de su obra: “Pero dejó un legado importantísimo que ojalá que el futuro Papa lo siga”.
Sus palabras resaltan la importancia de la continuidad del enfoque pastoral de Francisco en la cercanía con los más necesitados.
La alegría por un Papa latinoamericano y el desafío de seguir su camino
La hermana María Paulina Bravo Valdés, perteneciente a las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia, compartió una perspectiva especial, recordando la profunda conexión de su congregación con el Papa.
“El día que lo nombraron Papa, la alegría fue doble. Era un latinoamericano, que hablaría de las realidades de nuestra tierra, pero sobre todo era parte de nuestra familia religiosa, su catequesis inicial fue en el Colegio Nuestra Señora de la Misericordia en Flores”, relató con emoción.
La hermana María Paulina evocó los inicios de Jorge Mario Bergoglio y la sorpresa ante su ascenso al papado: “Pensé cuando las hermanas le enseñaban, sus maestros, a lo largo de la vida, y nunca pensaron dónde llegaría Jorge Mario”.
Destacó además la cercanía que Francisco mantuvo con su orden religiosa incluso como obispo. Finalmente, reflexionó sobre el desafío que Francisco deja a la Iglesia: “¿Qué desafío nos deja como Iglesia? Seguir saliendo a los caminos y buscar a los que están alejados, hacer viva la esperanza”.