Las palabras y los gestos de los artífices centrales y los promotores de la guerra entre Rusia y Ucrania en Europa del Este hacen presagiar que las posibilidades de un armisticio que ponga fin a la catástrofe humanitaria están lejos de concretarse.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, el viernes ha transmitido a sus homólogos europeos que Washington considera que las hostilidades en Ucrania podrían prolongarse hasta finales de 2022, según fuentes citadas por la cadena estadounidense CNN.
Esos mismos informantes trasladaron la “preocupación” que –aseguran– existe en el seno de la comunidad internacional ante la expectativa de que se prolongue aún más el conflicto bélico, teniendo en cuenta que no hay indicios de que vayan a cambiar a corto plazo las aspiraciones del presidente ruso, Vladimir Putin.
Esta sospecha de que la guerra pueda durar tanto radica en la creencia de que la posible gran ofensiva rusa que se espera en el este de Ucrania puede llegar a prolongarse entre cuatro y seis meses, para después acabar en punto muerto.
Salvo que tenga ante sí una derrota militar, no se contempla que el jefe político del Kremlin vaya a dar su brazo a torcer, coinciden analistas estadounidenses. Esta idea de una guerra larga contrasta con las predicciones que se hicieron durante los primeros días, cuando el presidente ruso lanzó una guerra relámpago con la que pretendía tomar Kiev lo antes posible.
La situación en el sudeste de Ucrania
Certezas funestas
Nadie duda de que cuanto más dure la guerra más grave y profunda será la crisis humanitaria en Ucrania y en la región, y más difícil de superar.
Medidas como las que pretende implementar el primer ministro inglés, Boris Johnson, para trasladar a Ruanda a los migrantes que requieran asilo o protección en el país insular o ingresen a él de manera ilegal son un botón de muestra de las dificultades que se vislumbran en materia de refugiados o de desterrados por la fuerza.
Tampoco existen disidencias entre los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) acerca de la determinación para dar asistencia a Ucrania o ante el desafío que representa para Estados Unidos y sus aliados del bloque europeo de enviar armamento a Kiev a medida que avance la guerra.
En esa línea, el viernes el vicecanciller de Alemania, Robert Habeck, abogó por enviar más armas a Ucrania, alegando que el país “no debe” perder la guerra y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, “no debe” ganarla.
Más y más armas
“Debemos entregarles más armas”, afirmó el dirigente político de Los Verdes y también ministro de Economía en declaraciones al grupo de medios Funke.
“No podemos dejar a Ucrania sola en la guerra. También está luchando por nosotros”, agregó el funcionario.
Habeck abundó en detalles sobre esta idea y aseguró que “el pueblo ucraniano está luchando con valor y sacrificio”. “Tenemos el deber de apoyarlos con armas”, insistió.
“Al mismo tiempo, tenemos la responsabilidad de no convertirnos nosotros mismos en un objetivo. Ese es el marco en el que estamos suministrando todo lo que es posible”, enfatizó, en alusión al posible suministro de armas pesadas a Ucrania. No obstante, aclaró que dicho marco “no incluye hasta ahora grandes tanques ni aviones de combate”.
