El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles una proclamación que prohibirá la entrada al país norteamericano de ciudadanos de una docena de países, incluyendo Birmania, Guinea Ecuatorial, Haití o Irán, y que restringirá la visita de personas procedentes de otros siete, unas medidas que entrarán en vigor a partir del próximo lunes, 9 de mayo, y que ha justificado por el atentado terrorista del pasado domingo en Boulder, Colorado.
“He decidido restringir y limitar completamente la entrada de ciudadanos de los siguientes doce países: Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen”, ha indicado en un texto remitido a los medios en el que señaló que el ingreso de estas personas en territorio estadounidense “sería perjudicial para los intereses” del país.
Además de la prohibición, el inquilino de la Casa Blanca ha anunciado que habrá mayores restricciones para los visitantes de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
El documento recoge excepciones para residentes permanentes legales, titulares de visados existentes, ciertas categorías de visados, así como personas cuya entrada sirva a los “intereses nacionales de Estados Unidos”.
Estas medidas son el resultado de un informe realizado por los departamentos de Estado y de Seguridad Nacional sobre las “actitudes hostiles” hacia Estados Unidos, un documento que el presidente estadounidense ordenó elaborar al inicio de su segundo mandato el pasado mes de enero.

Ambas listas de países están sujetas a cambios “si se producen mejoras sustanciales”, ha señalado Trump en un vídeo difundido en su plataforma de Truth Social en el que ha asegurado que “del mismo modo, se pueden añadir nuevos a medida que surjan amenazas en todo el mundo”.
El mandatario ha defendido el anuncio aludiendo al atentado del pasado domingo en Boulder, Colorado --cuyo autor confeso disponía de un visado de turista que caducó en febrero de 2023-- y ha advertido de “los graves peligros que supone la entrada al país de ciudadanos extranjeros que no han sido suficientemente investigados o que se han quedado más tiempo del permitido por sus visados”.
Como en otras ocasiones, ha culpado a su predecesor, Joe Biden, de que “hoy en día, hay millones y millones de estos ilegales que no deberían estar en nuestro país” y ha presumido de las “exitosas” restricciones de viaje implementadas durante su primer mandato, asegurando que permitieron “prevenir importantes atentados terroristas extranjeros en suelo estadounidense”.
“No podemos permitir la migración abierta desde ningún país en el que no podamos examinar y seleccionar de forma segura y fiable a quienes desean entrar en Estados Unidos. (...) Y nada nos impedirá mantener la seguridad de Estados Unidos”, ha aseverado.