Casi cuatro décadas después del desastre nuclear de 1986, Chernobyl vuelve a generar preocupación internacional.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, confirmó que el Nuevo Confinamiento Seguro (NSC) —la enorme estructura que cubre el reactor 4— “ha perdido sus principales funciones de seguridad”, incluida la capacidad de confinamiento radiactivo.
La advertencia llega tras meses de tensión en la zona, marcada por ataques durante el conflicto entre Rusia y Ucrania.
El accidente de 1986 y el primer “sarcófago”
El 26 de abril de 1986, durante una prueba de seguridad, una explosión destruyó el reactor 4 de la Central Nuclear de Chernobyl.
La nube radiactiva alcanzó Ucrania, Bielorrusia y Rusia, con niveles de radiación 400 veces superiores a los de Hiroshima.
El impacto inmediato dejó 31 muertos y obligó a evacuar a 135.000 personas. Organismos internacionales estiman hasta 200.000 muertes vinculadas a problemas de salud derivados de la radiación.
Semanas después, la URSS construyó una estructura provisoria conocida como el “sarcófago”, un contenedor de hormigón y acero que buscaba aislar el reactor. Fue levantado sobre los propios escombros, y nunca logró ser hermético ni estable.
Cómo se diseñó el Nuevo Confinamiento Seguro
Ante el deterioro del primer sarcófago, en los años 90 Ucrania impulsó la creación de una nueva estructura.
En 2007, el consorcio francés Novarka fue contratado para construir un gigantesco arco de acero, diseñado para cubrir totalmente el reactor.
Características del NSC:
- 108 metros de altura
- 162 metros de largo
- 257 metros de ancho
- Durabilidad estimada: 100 años
- Costo: 1.500 millones de euros
- Financiación internacional, con apoyo del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo
- El arco se ensambló a 180 metros del reactor y luego se deslizó sobre rieles hasta su posición final.
- En noviembre de 2016 quedó inaugurado oficialmente.
Su objetivo: contener la radiación, permitir el desmantelamiento del viejo sarcófago y evitar que un eventual colapso interno liberara polvo radiactivo.
Cómo se dañó el Nuevo Confinamiento Seguro
La pandemia retrasó la desmontada del viejo sarcófago y la estructura quedó expuesta durante más tiempo.
Luego, la guerra entre Rusia y Ucrania agravó la situación.
En febrero de 2025, Ucrania denunció que un ataque con drones rusos perforó el revestimiento exterior del NSC y provocó daños internos.
Rusia negó la autoría. El OIEA no atribuyó responsabilidad, pero confirmó que el incidente ocurrió.
En octubre de 2025, Ucrania reportó cortes de energía asociados a nuevos ataques. El OIEA verificó luego un incendio grave dentro del revestimiento.
El balance del organismo fue contundente: la estructura perdió funciones esenciales de confinamiento.
Por qué podría ser peligroso
El NSC actúa como barrera para evitar que partículas radiactivas se dispersen.
Si la estructura sigue deteriorándose, existe riesgo de:
- Liberación gradual de polvo radiactivo
- Una liberación abrupta si el sarcófago viejo sufre un derrumbe interno.
Las autoridades remarcan que la mayor amenaza sería para el personal y las poblaciones cercanas, si bien por ahora no hay indicios de fuga radiactiva masiva.
Qué pasará ahora
El OIEA instó a realizar reparaciones urgentes y advirtió que las intervenciones temporales no son suficientes.
Con apoyo del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, en 2026 se iniciarán trabajos provisorios para recuperar la capacidad de confinamiento del NSC.
Garantizar el funcionamiento del sistema es clave para prevenir riesgos futuros y mantener bajo control uno de los lugares más peligrosos del planeta.
