Rusia suspendió este miércoles el envío de gas a Polonia y Bulgaria, una medida que ambos países y la Unión Europea tildaron de “chantaje” y que el Kremlin calificó como “respuesta” a las sanciones que le impusieron por la invasión de Ucrania.
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, acusó a Rusia de intentar “chantajear” a su país con una abrupta suspensión del suministro. En una intervención ante el Parlamento, el premier prometió que Polonia no se verá intimidada por el corte del gas y dijo que el país del este de Europa estaba seguro gracias a años de esfuerzos para conseguir gas de otras fuentes alternativas.
“Hace unas horas, por orden de Putin, el gas ruso ha dejado de fluir hacia Polonia”, expresó Morawiecki en una conferencia de prensa desde Rembelszczyzna, donde funcionan las instalaciones las instalaciones de la compañía Gaz System. “Esto constituye una prueba para la soberanía energética de Polonia. A partir de hoy se ha acabado la dependencia de Rusia”, añadió.
Asimismo, señaló que “no sucumbirán al chantaje ruso” gracias a las “precauciones” que su gobierno llevó a cabo en materia energética. “Los almacenes de gas están al 78% de su capacidad, pero los llenaremos al 100%”, prometió. “En 2010, se firmó un acuerdo con Gazprom y hoy sabemos que no valía ni el papel en el que se firmó”, continuó el mandatario. “Habría sido ingenuo creer en que Rusia no usaría alguna vez el chantaje del gas”.
En tanto, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, declaró que su país recibió “con tranquilidad” el corte y anunció que las empresas afectadas por lo que llamó “violación de contratos” tomarán medidas legales contra Rusia.
En sintonía, el primer ministro búlgaro, Kiril Petkov, acusó a Moscú de un “chantaje inaceptable” y afirmó que la suspensión del envío de gas “constituye una grave violación del contrato”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también reaccionó a la medida: “No sorprende que el Kremlin utilice combustibles fósiles para tratar de chantajearnos. Esto es algo para lo nos hemos estado preparando, en estrecha coordinación y solidaridad con los Estados miembros y los socios internacionales”.
Según explicó, aproximadamente el 97% de los contratos firmados por empresas y países europeos para comprar gas ruso establece pagos en euros o dólares estadounidenses, por lo que la exigencia rusa “de pagar en rublos es una decisión unilateral y no conforme a los contratos” y “las empresas con tales contratos no deben acceder a las demandas rusas”, consignó la agencia de noticias AFP.