Con la premisa de mantener dentro del redil propio los votos conseguidos en la primera vuelta, sumar los ideológicamente afines que fueron a parar a las canastas de los candidatos que no pasaron al balotaje en esa instancia, y procurar que los apoye la mayoría de los electores que decidan participar el próximo domingo y que se abstuvieron de hacerlo en noviembre último, Gabriel Boric y José Antonio Kast protagonizaron el lunes el segundo y definitivo debate con miras a la crucial disputa de este 19 de diciembre.
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En la exposición de propuestas y golpes de efecto transmitidos por la televisión abierta, Boric sorprendió cuando mostró a las cámaras los resultados negativos de un test de consumo de drogas.
Utilizó el recurso en medio de una discusión sobre la legalización del autocultivo de marihuana que el candidato de centro izquierda apoya y el de derecha radical rechaza.
Momentos antes, el aspirante a La Moneda del Partido Republicano había sugerido que ambos debían hacerse una prueba antidroga por lo que su contrincante le ganó esa pulseada.
Otro momento de tensión en la transmisión de dos horas y media se registró cuando Boric clamó: “empezó el festival de las mentiras”; fue en respuesta a una afirmación de Kast sobre un supuesto cambio de planes respecto al sistema de las Administradoras de Fondos de Pensiones, ante un eventual gobierno. El ultraderechista prometió mejorarlo pero no cambiarlo, en oposición al planteo de Boric de generar uno nuevo y superador.
También se dio un pico de rispidez cuando, ante la consulta sobre a qué presidentes valoraban más, Kast eligió a Patricio Aylwin (1990-1994) “porque tuvo la difícil tarea de llevar adelante la transición a la democracia en Chile”. Boric le recordó al instante que en el plebiscito de 1989 el republicano había votado para que el entonces dictador Augusto Pinochet continuara por ocho años más al frente del gobierno de facto, por lo que Aylwin no hubiera llegado al poder.
