El conservador Partido Popular (PP) logró este domingo la mayoría absoluta en las elecciones de Andalucía, antes bastión de la izquierda, lo que le permitirá gobernar sin alianzas, mientras el Partido Socialista, en el gobierno nacional sufrió un duro golpe a un año y medio de los comicios generales.
Oficialmente escrutado más del 50% de los votos, el PP se encaminaba a lograr los 55 diputados que le evitan cualquier alianza, muy por delante de los 33 que parecían sumar los socialistas y mucho más que toda la izquierda reunida.
Los resultados le permiten al PP evitar un eventual acuerdo con la extrema derecha de Vox para gobernar -como pasa en Castilla y León-, y significan también un éxito de la moderación impuesta por el nuevo líder del sector, Alberto Núñez Feijóo.
Los números que dejaron las urnas marcan también a una vuelta al bipartidismo PP-PSOE, después de que algunas alternativas lograran peso con la gran crisis económica de 2008.
Los comicios depararon la caída de la extrema izquierda (de 17 a 7 diputados) -socios de gobierno en Madrid de los socialistas-, la desaparición de la tercera vía liberal de Ciudadanos (de 21 a 0), y el estancamiento de Vox (de 12 a 14).
La coalición Por Andalucía, que integra IU y Podemos junto a otras fuerzas de izquierda, lograba 5 diputados, mientras que Adelante Andalucía, formación liderada por Teresa Rodríguez, obtiene 2 escaños.
En diciembre de 2018 todas estas fuerzas fueron juntas bajo las siglas de Adelante Andalucía, y lograron 17 plazas.
Más de 6 millones de andaluces estaban llamados a votar en las provincias de Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla, en una jornada en la que las temperaturas mostraron algunas bajas tras una semana de ola de calor y termómetros por encima de los 40ºC.
Temeroso de que sus partidarios, confiados en la victoria, aprovecharan el día para ir a la playa, Moreno Bonilla había pedido una fuerte movilización.
“Pido que jóvenes, mayores, mujeres, hombres, del interior de Andalucía, del litoral, todos salgamos a votar y tengamos una participación importante”, afirmó al sufragar.
El Partido Socialista (PSOE) logró un resultado similar al de las elecciones de 2018 (33), su mínimo histórico, cuando perdió el poder regional por primera vez desde la instauración de la autonomía en 1982, tras un escándalo de corrupción.
La región más poblada de España, con 8,5 millones de habitantes, y la segunda mayor, había sido hasta entonces un bastión de la izquierda, y Sánchez había apelado a la historia para pedir el voto.
“Los mayores avances de esta tierra han llegado de la mano del PSOE”, aseguró el presidente en su cuenta de la red Twitter, lo que no evitó la tercera derrota en comicios regionales después de las de Madrid, en mayo del año pasado, y Castilla y León, en febrero último.
El Partido Popular atrajo a antiguos electores socialistas, de lo que podría deducirse que Feijóo le está ganando a Sánchez la batalla por el centro y se coloca en mejor posición para devolver al PP al Palacio de la Moncloa, tras ser desalojado por una moción de censura en 2018.