En medio de la rebelión encabezada por Yevgeny Prigozhin en territorio ruso, al frente del ejército mercenario Grupo Wagner, este sábado se cumplen 16 meses de la invasión rusa a territorio ucraniano, el mayor ataque militar convencional en suelo europeo desde las guerras yugoslavas, serie de conflictos que se sucedieron en la antigua Yugoslavia entre 1991 y 2001.
La disputa bélica en desarrollo a gran escala arrancó el 24 de febrero de 2022. En el lapso transcurrido desde esa fecha hasta hoy se han registrado 24.862 víctimas civiles. Este dato trágico incluye 9.083 muertos, de los cuales 530 eran niños. Las restantes 15.779 víctimas civiles sufrieron heridas de distinta gravedad, incluidos 1.086 infantes.
El recuento ominoso corresponde a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (Acnudh), el principal organismo de Naciones Unidas con mandato excepcional delegado por la mayor organización internacional existente para promover y proteger los derechos humanos de todas las personas en el mundo.
Destierro masivo
La contienda también ha propiciado la crisis más considerable de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Al respecto, los registros del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) indican que más de ocho millones de personas huyeron de Ucrania desde el inició de la incursión militar rusa para ponerse a salvo del fuego cruzado. Además, alrededor de 7,1 millones se han desplazado internamente en el país atacado con idéntico propósito, mientras que unos 17,6 millones de personas necesitan ayuda humanitaria urgente.
Asimismo, conforme el inventario de daños causados por la ofensiva rusa elaborado por Acnudh, se han verificado 1.036 ataques contra instalaciones educativas y médicas en suelo ucraniano, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva documentados más de mil casos de agresiones contra la asistencia sanitaria, con un saldo luctuoso de 101 muertos y 139 heridos.
Ante el espanto descomunal, la secretaria general adjunta de Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz de la Onu, Rosemary DiCarlo, advirtió al Consejo de Seguridad que, a 485 días del comienzo de la invasión, “las perspectivas de paz siguen siendo desesperadamente escasas”. Por el contrario, el aluvión de misiles rusos y los ataques con aviones no tripulados en todo el país casi se triplicaron en mayo, apuntó la diplomática estadounidense.
No obstante, DiCarlo manifestó su satisfacción ante los continuos esfuerzos de las partes para permitir el regreso de los prisioneros de guerra y las instó a que cumplan sus obligaciones relativas al trato a esos prisioneros.
Asimismo, expresó su preocupación por los casos de traslados forzosos de personas protegidas, incluidos niños, a territorios de Ucrania bajo control ruso y las consiguientes deportaciones al país agresor.
Cruces por Kakhovska y Zaporiyia
Por otra parte, la funcionaria de Naciones Unidas hizo referencia a la destrucción de la represa y central hidroeléctrica de Nova Kakhovska que embalsa las aguas del río Dniéper. El dique tiene como propósitos la generación de energía, el riego y la navegación hacia arriba y hacia abajo del Dniéper por un canal de aguas profundas.
Según autoridades ucranianas, la represa ha perdido el 70% de su capacidad, inundó unas 80 comunidades a lo largo del río de referencia y provocó la muerte de decenas de personas.
Se trata del ataque más importante contra infraestructuras civiles en lo que va de la guerra ya que unas 700 mil personas podrían quedar sin acceso al agua potable.
“Sigue aumentando la preocupación por la posibilidad de que las aguas de la crecida desplacen minas terrestres a zonas previamente desminadas, poniendo aún más en peligro vidas humanas”, razonó DiCarlo. Al mismo tiempo, advirtió que, además, “los daños en los sistemas de alcantarillado y la falta de agua potable aumentan el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua”.
Rusia apunta a Kiev
Por su parte, el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia declaró que los responsables de la destrucción de la represa de Nova Kakhovska se encuentran en Kiev y no están dando prioridad a sus ciudadanos.
El diplomático manifestó, además, la preocupación de su país debido a las imputaciones cada vez más frecuentes por parte de Ucrania de que Rusia querría destruir la central nuclear de Zaporiyia.
“Estas acusaciones son un absurdo, y el Organismo Internacional de Energía Atómica -liderada por el argentino Rafael Grossi-, lo pudo comprobar en una reciente misión a la planta, que tuvo lugar a pesar de los obstáculos por parte de Ucrania”, planteó. “Esperamos que la repuesta a Kiev los lleve a entrar en razón y evitar un desastre que podría afectar a gran parte de Europa”, manifestó el diplomático.
A su turno, el embajador de Ucrania ante el organismo internacional, Sergiy Kyslytsya, reiteró que Rusia es el responsable de la destrucción de la represa de Nova Kakhovska para intentar impedir las acciones contraofensivas ucranianas en el río Dniéper.
“Estamos ante una de las mayores catástrofes creadas por el hombre en Europa en decenios. En particular, debido a las sustancias contaminantes de petróleo”, denunció”.
“Unas 150 toneladas están poco a poco llegando al río Dniéper, y podrían alcanzar el (mar) Mediterráneo. Se estiman que ya hay unas 95 mil toneladas de peces muertos”, precisó.
El diplomático ucraniano añadió que, de acuerdo con información del departamento de inteligencia de su país, Rusia está considerando la posibilidad de un ataque terrorista a la central de Zaporiyia lo que podría producir una fuga radioactiva de consecuencias catastróficas.
