Estados Unidos impuso nuevas sanciones a millonarios rusos “que siguen apoyando al presidente Vladimir Putin a pesar de su brutal invasión de Ucrania”, y que operan en los sectores petrolero e inmobiliario, anuncio este jueves el gobierno de Joe Biden.
Ocho nuevos miembros de la “élite rusa” y sus familiares verán congelados sus eventuales activos en Estados Unidos y bloqueado el acceso al sistema financiero estadounidense, explica el comunicado emitido por la oficina del presidente de Estados Unidos.
Uno de ellos es Alisher Usmanov, una de las personas más ricas de Rusia y cercano a Putin.
Las medidas afectarán a “su superyate, uno de los más grandes del mundo, y que acaba de ser confiscado por Alemania, y su jet privado, uno de los aviones privados más grandes de Rusia”, detalló la Casa Blanca, informó la agencia de noticias AFP.
También se prevé aplicar sanciones a Dmitri Peskov, vocero del Kremlin y “uno de los principales proveedores de la propaganda” del Gobierno ruso, agregaron las autoridades.
La lista se completa con Nikolai Tokarev, director ejecutivo de Transneft, peso pesado en el sector del petróleo y el gas; Boris y Arkady Rotenberg, dos hermanos de una familia considerada muy cercana a Putin; Igor Shuvalov, director de VEB, el banco de desarrollo ruso; Yevgeniy Prigozhin, del entorno del Kremlin; y Serguéi Chemezov, jefe del conglomerado de la industria petrolera Rostec Defense.
Estos ocho nombres se suman a las personalidades rusas ya sancionadas en la última semana por Estados Unidos, para alinear la lista estadounidense con las sanciones de la Unión Europea, que desde el lunes incluyen a varios de estos nombres, aseguró una fuente cercana al tema, informó la agencia francesa.
La semana pasada, Estados Unidos sancionó a una primera tanda de empresarios rusos allegados al Kremlin y a Putin.
Las nuevas medidas incluyen a los familiares directos de los sancionados para evitar que transfieran sus propiedades a sus parientes.
Al mismo tiempo, se prohíbe la entrada a Estados Unidos a 19 magnates rusos y 47 miembros de sus familias, precisó la Casa Blanca sin publicar sus nombres.
Esta nueva ola de medidas punitivas estadounidenses se produce cuando varios de estos multimillonarios están bajo presión o comienzan a distanciarse de la guerra iniciada por Vladimir Putin en Ucrania.
El martes pasado, durante el discurso ante el Congreso sobre el Estado de la Unión, Biden prometió perseguir las “ganancias mal habidas” de los millonarios rusos y apoderarse de sus “yates, apartamentos de lujo y aviones privados”.
En coordinación con sus aliados europeos, Estados Unidos creó el jueves un equipo de investigadores encargado de perseguirlos y, posiblemente, incautar estos bienes de lujo.
“Estos individuos se han enriquecido a costa de los rusos”, “y son los encargados de proporcionar los recursos necesarios para apoyar la invasión de Ucrania por parte de Putin”, estimó el gobierno de Estados Unidos.
“El Tesoro compartirá su inteligencia financiera y otras pruebas, cuando corresponda, con el Departamento de Justicia para respaldar los procesos penales y las incautaciones de activos”, señaló la Casa Blanca.
