Un niño de 12 años que días atrás escapó de un hogar de menores y disparó a policías, pasará 21 días en prisión por orden de la Justicia.
El chico se había fugado del Hogar para Niños Florida United Methodist junto a otra niña de 14 años.
El menor, llamado Travis O’Brien, compareció por primera vez ante la justicia tras los hechos que protagonizó en la localidad de Enterprise junto a la niña Nicole Jackson, quien fue herida de bala por la policía y se encuentra en condición estable en un hospital, indicó la agencia Efe.
La policía acusa al niño de disparar contra los agentes desde la casa en la que él y su compañera se metieron al huir del orfanato. El juez decidió que pase 21 días en un reformatorio para delincuentes juveniles, antes de decidir si lo incrimina por intento de asesinato.
Mike Chitwood, alguacil del condado Volusia (centro-este de Florida), contó que en 35 años como servidor de la ley no vio nada semejante al tiroteo desatado por los dos menores contra los agentes que los buscaban para devolverlos al hogar. Los niños también eran intensamente buscados porque O’Brien, que es diabético, debía tomar la medicación que no se llevó consigo del hogar.
Según el juez, si no fuera por la profesionalidad de los agentes de su oficina, alguien habría muerto en el incidente. “No les quedó otra opción que disparar”, dijo.
El alguacil declaró que los agentes están en licencia administrativa retribuida mientras se investiga lo que ocurrió. Ellos no respondieron al fuego desde la casa hasta al cabo de hora y media.
Presuntamente, los niños había roto una ventana de la casa para entrar y hallaron dentro varias armas y munición, entre ellas un fusil de asalto AK-47. Esa fue la que usaron contra los agentes que trataban desde el exterior de convencerlos para que se entregaran.
En determinado momento, la niña salió de la casa apuntado un rifle hacia los agentes y fue entonces cuando la dispararon y cayó herida, indicó el alguacil.
Un vídeo tomado por la cámara corporal de un agente que está resguardado tras un árbol y comunicándose con sus superiores, muestra cómo se escuchan y se ve los fogonazos de los disparos desde la casa. También se escuchan los gritos de los policías exhortando a los niños a deponer las armas.
El alguacil opinó que algo “está mal” en la sociedad cuando unos niños disparan a la policía de esta manera.
