A medida que se prolonga la guerra entre Israel y Hamas, muchos en ambos bandos recurren a las redes sociales para recopilar información y expresar su indignación. El impulso para hacerlo es comprensible: el activismo político en las redes sociales proporciona a las personas una salida emocional y les da la sensación de que pueden hacer algo. La guerra es horrible y genera una aguda necesidad psicológica de involucrarse y hacer algo.
En los últimos años, en el Centro de Ética Aplicada de UMass Boston hemos estado estudiando la ética de las tecnologías emergentes. Creo que el activismo político en las redes sociales es una forma contraproducente y, a veces, incluso peligrosa de participación. He aquí por qué.
Las plataformas de redes sociales como X (anteriormente Twitter), Instagram, YouTube y TikTok están diseñadas para maximizar la participación. Sus algoritmos se modifican para asegurarse de que los usuarios pasen mucho tiempo en ellas. Las mejores maneras de impulsar el compromiso son mostrar a las personas con qué probablemente estarán de acuerdo o mostrarles contenido que los indigne y los sorprenda.
Como resultado, el contenido que encontrarán con más frecuencia en las redes sociales reflejarán sus propios puntos de vista o les molestará, o ambos. En otras palabras, la participación política en las redes sociales a menudo no genera nuevos conocimientos, mientras que inflama emociones ya crudas. Cuando se trata de un conflicto tan históricamente enrevesado y tan cargado de emociones como la guerra entre Israel y Hamas, esos resultados son terribles.
Sencillo y ágil
Las redes sociales también son notoriamente malas para mediar la complejidad. Las realidades que rodean el conflicto palestino-israelí son profundamente intrincadas, política, histórica y moralmente.
Y, sin embargo, la naturaleza misma de las plataformas de redes sociales, con sus limitaciones de espacio y su calibración hacia los me gusta, las acciones y la viralidad, es la antítesis de transmitir tal complejidad. Por ejemplo, muchas publicaciones en las redes sociales describen a Israel como una entidad “colonial de colonos”. El Estado se caracteriza por ser una empresa colonial que se impuso por la fuerza a una población palestina autóctona. Pero la realidad es más matizada.
Israel fue fundado como resultado de una decisión de partición de las Naciones Unidas, no como un asentamiento colonial, y los judíos son tan autóctonos de la región como los palestinos. Sin embargo, Israel tiene colonias, consideradas ilegales por muchos expertos en derecho internacional, que fueron creadas después de la guerra de Oriente Medio de 1967. Los israelíes no son colonos ni colonialistas, pero tienen colonias y los colonos viven en esas colonias en Cisjordania.
Otra prueba al canto
Tomemos otro ejemplo: el Gobierno actual de Israel es el más de extrema derecha que jamás haya tenido, y algunos miembros de ese gobierno han abrazado abiertamente puntos de vista supremacistas judíos. Y, sin embargo, el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 no tuvo nada que ver con la identidad del gobierno de Israel ni con el hecho de que Israel ocupe Cisjordania. La organización rechaza el derecho de Israel a existir bajo cualquier gobierno.
¿Cómo se puede transmitir esa dualidad en Tik Tok? ¿Y quién tendría la paciencia para asimilarlo?
Es la capacidad de mantener juntas realidades tan complicadas e incómodas, en un solo pensamiento, lo que puede promover la comprensión sobre el conflicto palestino-israelí. Pero las redes sociales están diseñadas para transmitir mensajes cortos, ágiles y duros que son fáciles de entender y repetir. En lugar de ayudar a las personas a pensar en la ambigüedad histórica y moral, las redes sociales generalmente promueven una versión caricaturesca de la realidad.
En lugar de profundidad, tan crucial para cualquier conocimiento sobre esta terrible guerra, uno tiene la regla de las anécdotas: un video de una mujer palestina diciéndole a un reportero de Al Jazeera que Hamas confisca la ayuda humanitaria a menudo se comparte como supuesta evidencia de que el resentimiento popular contra el grupo está creciendo. Tal vez esos sentimientos estén aumentando, tal vez no.
Obviamente, no hay encuestas confiables en Gaza ahora. Y, sin embargo, los usuarios de las redes sociales han presentado el clip como una prueba importante.
