El presidente estadounidense Donald Trump fue recibido este miércoles por el rey Carlos III en el Castillo de Windsor con la ceremonia militar más grandiosa jamás registrada para una visita de Estado al Reino Unido, un gesto que busca reafirmar la solidez del vínculo transatlántico a pesar de las tensiones internacionales.
Trump, quien se encuentra en el Reino Unido para una visita de Estado de dos días, se convirtió en el primer presidente estadounidense y líder mundial en ser invitado a una segunda visita de este tipo. La jornada estuvo marcada por una espectacular exhibición de pompa real y poderío militar, con la participación de 1.300 miembros del ejército británico y 120 caballos.
El mandatario estadounidense llegó a Windsor para una bienvenida ceremonial que incluyó un paseo en un carruaje dorado tirado por caballos a través de la vasta propiedad. Posteriormente, inspeccionó a la guardia de honor, ataviada con sus tradicionales sombreros de piel de oso y, en algunos casos, con túnicas rojas y cascos con plumas doradas.
Esta guardia de honor estuvo compuesta por soldados y oficiales de la Guardia de Granaderos, la Guardia de Coldstream y la Guardia Escocesa, destacando por ser la más numerosa jamás realizada para una visita de Estado al Reino Unido, según informaron las autoridades.
Durante la ceremonia, el rey Carlos III, la reina Camila y el presidente Trump, junto a la primera dama Melania Trump, ocuparon sus lugares en el estrado mientras se arriaban los colores estatales y se interpretaba el himno nacional de Estados Unidos.
El presidente Trump saludó militarmente, y la primera dama se llevó la mano al pecho. Posteriormente, Trump fue escoltado por un oficial para pasar revista a la hilera de soldados. El rey Carlos III lo acompañó, conversando con el presidente antes de regresar juntos al estrado real. También se unieron a la inspección de las tropas la princesa Catalina y el príncipe Guillermo.
La visita busca demostrar que la relación entre Estados Unidos y el Reino Unido se mantiene fuerte, a pesar de las divergencias en temas como Ucrania, Medio Oriente y el futuro de la alianza occidental. Como una demostración adicional de cooperación en defensa y seguridad, el Ministerio de Defensa británico afirmó que un vuelo conjunto de aviones F-35 del Reino Unido y Estados Unidos subraya la fortaleza de esta relación.
Tras las ceremonias militares, los Trump se retiraron al interior del Castillo de Windsor para almorzar con miembros de la familia real en el Comedor de Estado. Se espera que más tarde el miércoles, el presidente Trump sea el invitado de honor en un lujoso banquete de etiqueta en el castillo. El jueves, el presidente mantendrá conversaciones con el primer ministro Keir Starmer en Chequers, el retiro rural del líder británico.
