Rusia arremetió el miércoles con su poderío militar contra ciudades y pueblos de Ucrania, y sumó más tropas al conflicto en un intento de dividir el país en dos en una batalla que podría resultar decisiva por el control del corazón industrial en el este de Ucrania, que alberga fábricas y minas de carbón.
Los combates se produjeron en un largo frente con forma de arco de cientos de kilómetros, en la región conocida como el Donbass. Si tiene éxito, la campaña le dará una victoria al presidente de Rusia, Vladimir Putin, tras el intento fallido de tomar con rapidez la capital, Kiev, y unas pérdidas mayores de lo previsto.
En Mariúpol, una devastada ciudad portuaria en el Donbass, tropas ucranianas dijeron que el Ejército ruso había dejado bombas de gran poder destructivo para allanar lo que quedaba de una gran planta siderúrgica, quizá el último bastión de los defensores de la ciudad: además, atacó un hospital que albergaba a cientos de personas.
El Estado Mayor ucraniano reiteró que el Kremlin sigue montando ofensivas en varios puntos del este del país mientras sus fuerzas buscan puntos débiles en las líneas ucranianas.
La derrota de los últimos defensores de la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariúpol, seguía siendo la principal prioridad de Moscú, según el comunicado del Estado Mayor.
El avance ruso en el este
Catástrofe humanitaria
La viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk, señaló que había un acuerdo “preliminar’' para habilitar un corredor humanitario para que mujeres, niños y ancianos salieran de Mariúpol hacia el oeste, a la ciudad de Zaporiyia, controlada por Kiev.
En tanto, los civiles en el puerto estratégico sufren una “catastrófica situación humanitaria’', señaló la mandataria en un comunicado en a través de Telegram.
Por su parte, el alcalde de Mariúpol, Vadym Boychenko, instó a los ancianos a salir de la ciudad.
“No tengan miedo y váyanse a Zaporiyia, donde podrán recibir toda la ayuda que necesitan - comida, medicamentos, productos básicos- y lo principal, que es que estarán seguros’', dijo en un comunicado emitido por el consejo de la ciudad.
Según Boychenko, en la evacuación se emplearán ómnibus y habrá tres puntos de recogida, uno de ellos cerca de la acería de Azovstal. Muchos operativos previos dependían de que los civiles pudiesen salir en autos particulares luego del fracaso de los esfuerzos por llevar vehículos de gran porte a la ciudad.
Vereshchuk había dicho antes que en los tres últimos días no se había acordado una ruta de salida de Mariúpol con Rusia. Moscú no confirmó el operativo de inmediato y envió un nuevo ultimátum a los defensores ucranianos para que se rindieran. Llamadas anteriores a la capitulación fueron ignoradas.
Clave de campaña
El Ministerio ruso de Defensa dijo que los que se rindieran conservarían la vida y recibirían atención médica. Las tropas ucranianas reiteraron que no se rendirán.
Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de obstruir las evacuaciones desde la ciudad o de disparar a lo largo del recorrido.
Una clave de la campaña rusa es capturar Mariúpol, lo que privaría a Ucrania de un puerto crucial y completaría la conexión terrestre entre Rusia y la península de Crimea, anexionada por Ucrania en 2014. También liberaría tropas rusas para movilizar a otros puntos del Donbass.
Unos pocos miles de soldados ucranianos, según la estimación rusa, siguen atrincherados en el gran complejo siderúrgico.
El subcomandante del Regimiento Azov, quien se encontraba entre los elementos restantes en Mariúpol, dijo que las fuerzas rusas arrojaron grandes bombas en la metalúrgica e impactaron un hospital “improvisado’'.
Serhiy Taruta, exgobernador de la región de Donetsk y originario de Mariúpol, también reportó el ataque contra el hospital, donde dijo que había 300 personas, incluyendo soldados heridos y civiles con niños que se resguardaban.
Las ciudades orientales de Járkiv y Kramatorsk también fueron atacadas. Rusia dijo que había alcanzado con misiles zonas en torno a Zaporiyia y Dnipro, al oeste del Donbass.