El Gobierno de los Estados Unidos respaldó este miércoles de manera contunden a Israel en la guerra en curso con Hamas que desató el ataque inusual de ese movimiento integrista palestino el 7 de octubre.
El gesto más rotundo lo expresó el presidente Joe Biden, quien este miércoles realizó una visita relámpago a Tel Aviv, donde fue recibido al pie del avión que lo trasladó desde Washington por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y por el presidente de ese Estado, Isaac Herzog.
Acompañado por su secretario de Estado, Antony Blinken, y por el asesor en materia de seguridad de su gabinete, Jake Sullivan, el inquilino de la Casa Blanca expresó a los mandatarios anfitriones su solidaridad y pesar por la incursión cruenta de milicianos yihadistas de hace 12 días, que dejó unas 1.400 personas muertas y la toma de unos 200 rehenes israelíes, entre soldados y civiles.
La acometida violenta provocó, además, una represalia inédita de parte de Tel Aviv en la Franja de Gaza, donde la organización yihadista gobierna desde hace 15 años; este miércoles Hamas cifró en 3.478 los muertos en el enclave sitiado desde la fecha señalada, incluidos los 471 del bombardeo al hospital Al Ahli, cuya autoría material se imputan de manera cruzada ambos antagonistas del conflicto armado.
Apoyo y solidaridad
Al respecto, Biden respaldó sin ambigüedad la postura de Israel de que las milicias palestinas fueron las responsables del bombardeo al establecimiento sanitario, uno de los tres del enclave asediado que no acataron la orden israelí de evacuación masiva dada a 1,1 millones de civiles que habitan la parte norte del territorio, ante la imposibilidad material para trasladar pacientes, médicos y trabajadores de la salud en 24 horas y en medio de los incesantes bombardeos en la región.
“A tenor de lo que he visto, parece que fue obra de otro equipo, y no de ustedes”, dijo Biden a Netanyahu al llegar al país, deslindando a Israel de cualquier tipo de responsabilidad del hecho trágico.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Eli Cohen, dijo que su país presentaría pruebas ante el Consejo de Seguridad de la ONU de su no implicancia en el ataque.
Precisamente, en el ámbito del organismo internacional encargado de mantener la paz en el mundo, Estado Unidos dio otra muestra categórica de respaldo a Israel en la contienda con el Movimiento de Resistencia Islámica: vetó una resolución de Naciones Unidas que condenaba los ataques de Hamas a Israel y toda violencia contra civiles. Al mismo tiempo, exhortaba a dar ayuda a los palestinos en Gaza.
Desvelos diplomáticos
Mientras tanto, la diplomacia se esmera al máximo para evitar la expansión del conflicto a un cada vez más candente Medio Oriente, desvelo que el martes recibió una estocada tremenda con el bombardeo al hospital gazetí. A propósito de ese incidente terrible, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados de Palestina condenó “en los términos más enérgicos la atroz masacre cometida por fuerzas de la ocupación” en el policlínico de referencia, a la que considera “un crimen de lesa humanidad que deberá ser juzgado ante la ley”. Asimismo, pidió “una intervención internacional para obligar al estado ocupante a detener la guerra destructiva en la Franja de Gaza y sus crímenes de limpieza étnica” contra el pueblo palestino.
Manifestaciones propalestinas
El rey de Jordania y el ministro iraní de Exteriores también manifestaron su condena a Israel por el bombardeo al establecimiento sanitario.
El monarca jordano, Abdalá Il bin al Hussein, deploró “la masacre perpetrada por Israel contra civiles inocentes”, en tanto que el diplomático persa Hossein Amirabdollahian instó a los países musulmanes a expulsar a los embajadores israelíes y a imponer un embargo petrolero a Israel en protesta por la explosión luctuosa.
Además, en Jordania, unos cinco mil manifestantes se reunieron este miércoles frente a la Embajada israelí en Amán para exigir la expulsión de su misión diplomática.
También hubo expresiones masivas de repudio en Túnez, en el Líbano y en Egipto.
Además se registraron concentraciones y movilizaciones callejeras en países no árabes de mayoría musulmana, como Turquía e Irán.
A todo esto, el coordinador especial de ONU para el proceso de paz en Medio Oriente, Tor Wennesland, alertó ante el Consejo de Seguridad de la organización que la situación en la región se encamina a un “abismo profundo” y que el riesgo de propagación del conflicto es “real y extremadamente peligroso”, concluyó.
