Miles de personas fueron evacuadas este miércoles de sus casas debido a un macroincendio con varios focos que azota una región montañosa cercana a Jerusalén. El fuego, que ha afectado a varias localidades, llevó al corte de la autopista que une Jerusalén con Tel Aviv, identificada por el jefe de bomberos israelí, Eyal Caspi, como la “carretera más peligrosa”, la Ruta 1.

Las localidades que, hasta el momento, han sido evacuadas incluyen Mishmar Ayalon, Nachshon, Elad, Mevo Horon, Canada Park, Latrun, Neve Shalom, Neve Ilan, Nataf, Yad HaShmona y Shoresh. Este grave incidente se produce en la jornada en que dan inicio las celebraciones del Día de la Independencia de Israel, las cuales fueron canceladas.
Eyal Caspi indicó a los medios israelíes que se espera que el incendio forestal continúe un día más y que “las condiciones están empeorando”. Los fuertes vientos que afectan la zona impiden que los aviones puedan ayudar en la extinción.
El servicio israelí de meteorología activó este miércoles la alerta naranja por fuertes vientos en todo el país hasta la medianoche. Se registraron vientos con máximas de 90 kilómetros por hora.
El Ejército de Israel se ha sumado a los bomberos y a otros equipos de emergencias en las tareas de extinción. Israel ha requerido ayuda a 13 países, entre ellos España. Italia y Croacia enviarán “lo antes posible” tres aviones modelo ‘Kandahir’ para colaborar en la extinción de los incendios que estallaron en los bosques de los alrededores de Jerusalén y que aún se encuentran fuera de control, según informó la Oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Se prevé que el incendio continúe mañana debido al fuerte viento que asola la zona.
Un llamado a la comunidad internacional
Ante la escala del desastre, Israel solicitó ayuda internacional, siguiendo el precedente de 2010, cuando países como Grecia, Turquía y Rusia enviaron apoyo para combatir un incendio masivo en Haifa.
En esta ocasión, publicaciones en X confirmaron que Grecia, Chipre, Croacia e Italia respondieron al llamado, enviando aviones y equipos especializados.
La crisis también afectó sitios emblemáticos como el Parque Nacional de las Colinas de Judea y la Reserva de las Cuevas de Estalactitas, que fueron cerrados al público. El Fondo Nacional Judío (JNF) y la Autoridad de Parques y Naturaleza instaron a los ciudadanos a evitar las zonas afectadas, calificando la situación como “un peligro real para la vida humana”.