La relación comercial entre Venezuela y sus principales compradores de petróleo, India y China, se encuentra en un punto crítico tras la reciente decisión de Estados Unidos de imponer un arancel del 25% a los países que importen crudo y gas de la nación sudamericana.
Esta medida, que entrará en vigor el 2 de abril de 2025, amenaza con derrumbar una de las principales fuentes de ingresos del gobierno de Nicolás Maduro.
El presidente Donald Trump, a través de su red social Truth Social, anunció este lunes que cualquier país que adquiera petróleo y gas de Venezuela deberá pagar el nuevo arancel. La política, de carácter secundario, también afecta a países que compren crudo venezolano de manera indirecta. Esta decisión, que busca presionar a los gobiernos y empresas que mantienen relaciones comerciales con el régimen de Maduro, tuvo un impacto inmediato en los dos principales compradores del crudo venezolano: China e India.
Según datos de la industria, ambos países representan más del 50% de las exportaciones de petróleo de Venezuela. En 2024, China compró aproximadamente 351.000 barriles diarios, lo que representa un 38% del total de las exportaciones de crudo venezolano, mientras que India adquirió más de 254.000 barriles diarios, casi la mitad del volumen total. La caída de estas importaciones podría tener un impacto devastador en los ingresos del gobierno de Maduro, que depende enormemente de sus exportaciones petroleras.
La respuesta de China ante la amenaza de los aranceles fue cautelosa. A pesar de las críticas al anuncio de Estados Unidos, Pekín decidió frenar sus compras de crudo venezolano antes de que la medida entre en vigencia. Según la agencia Reuters, China paralizó sus compras de petróleo proveniente de Venezuela, lo que pone en peligro la estabilidad de varias refinerías privadas chinas que dependen de este crudo.

Por su parte, India también se vio obligada a reconsiderar su relación comercial con Venezuela. Reliance Industries, el mayor operador de refinerías del mundo, anunció que detendrá sus importaciones de petróleo venezolano debido a la amenaza de los aranceles. Reliance, que el año pasado obtuvo la aprobación de las autoridades estadounidenses para comprar crudo venezolano, importa cerca de 2 millones de barriles al mes, y su decisión de suspender las compras afectaría directamente la economía venezolana.
El impacto de la medida estadounidense podría extenderse a otras refinerías que procesan crudos pesados, como el Merey venezolano, cuyo costo es más bajo pero que requiere instalaciones de mayor complejidad para su refinación. Las refinerías de Reliance, situadas en el estado de Gujarat, son especialmente aptas para procesar este tipo de crudo, lo que les permite aprovechar su bajo costo. Sin embargo, el anuncio de los aranceles ralentizó las operaciones en los principales puertos petroleros de Venezuela, lo que ya se reflejó en una disminución en la carga de crudo pesado.
El impacto de esta nueva política estadounidense es aún incierto, pero lo que parece claro es que tanto China como India se están alejando del mercado petrolero venezolano ante la amenaza de sanciones y aranceles. Este cambio podría reducir drásticamente los ingresos del régimen de Maduro, que ya enfrenta una situación económica extremadamente complicada, marcada por la hiperinflación, la caída de la producción y la escasez de recursos.