La situación en el Medio Oriente se torna cada vez más delicada. La escalada de tensiones entre Estados Unidos e Irán se encuentra en su punto más álgido, con un despliegue militar sin precedentes en la región y advertencias cada vez más claras sobre las posibles consecuencias de un conflicto abierto.
En este contexto, Irán comenzó a preparar sus defensas ante la amenaza latente de un ataque estadounidense a sus instalaciones nucleares, a medida que Washington intensifica sus movimientos militares y sus advertencias sobre el programa nuclear de la república islámica.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos trasladó recientemente varios bombarderos B-2 a la isla de Diego García, una base remota del Reino Unido en el océano Índico. Este atolón, a más de 3.700 kilómetros de Irán, ha sido utilizado históricamente como plataforma para operaciones militares norteamericanas, dada su ubicación estratégica fuera del alcance de los misiles iraníes y hutíes.
La presencia de al menos tres B-2, junto con una flotilla de aviones de apoyo como el KC-135 Stratotanker y el avión de patrullaje Poseidon P-8, sugiere a Teherán que Washington está preparando el terreno para un posible ataque aéreo a gran escala, tal vez dirigido a las instalaciones nucleares de Irán.
Este tipo de despliegue no es casual. La última vez que una concentración tan significativa de bombarderos B-2 fue desplegada en la isla de Diego García fue en 2020, tras el asesinato del comandante iraní Qasim Soleimani, un evento que desató una de las crisis diplomáticas más graves entre ambos países. La distancia estratégica de la base y la capacidad de los B-2 para penetrar defensas de alto nivel son factores que elevan la probabilidad de que, en caso de una confrontación, estos bombarderos sean utilizados para destruir infraestructuras subterráneas fortificadas, como las que albergan los centros nucleares iraníes.
Respuesta persa
En respuesta a las crecientes amenazas, Irán intensificó sus esfuerzos defensivos. Recientemente, la Guardia Revolucionaria Iraní presentó su nueva “Ciudad de los Misiles”, un complejo subterráneo destinado a alojar y proteger su arsenal balístico. Esta instalación, que ha sido objeto de varias filtraciones mediáticas y cuya imagen ha sido difundida por los medios estatales iraníes, subraya la determinación del régimen de Teherán para fortalecer sus capacidades de disuasión ante un eventual ataque.
La “Ciudad de los Misiles” no solo simboliza la capacidad de Irán para resistir un ataque directo, sino que también es un mensaje claro de que el país está dispuesto a intensificar su presencia militar en la región. Los misiles balísticos, que pueden alcanzar hasta dos mil kilómetros de distancia, colocan a Irán en una posición de ventaja para contrarrestar las incursiones aéreas de Estados Unidos, aunque la distancia de Diego García sigue siendo un factor que juega a favor de los estadounidenses.
El riesgo de un conflicto abierto
La reciente concentración de fuerzas estadounidenses en la región no es solo una cuestión de presencia militar, sino una señal clara de que la Casa Blanca está dispuesta a llevar a cabo operaciones a gran escala si las negociaciones diplomáticas fracasan. La amenaza de un ataque a las instalaciones nucleares iraníes, que Washington acusa de tener fines militares, ha sido reiterada por diversos miembros del Gobierno del presidente Donald Trump. Sin embargo, Irán ha mantenido su posición de que su programa nuclear es estrictamente para fines comerciales y pacíficos, lo que deja en el aire las posibilidades de una solución diplomática.
El mundo, con los ojos bien abiertos
El impacto de un conflicto abierto entre Estados Unidos e Irán sería devastador no solo para la región, sino para el mundo entero. La guerra en el Medio Oriente podría desestabilizar aún más a países ya frágiles como Irak, Siria y Líbano, y repercutir de manera tremenda en los mercados internacionales, particularmente en el comercio de petróleo, dado el papel central que Irán desempeña en la producción y transporte de crudo.
Además, la creciente presencia de las fuerzas estadounidenses en el mar Rojo, especialmente con la llegada de portaaviones como el “Harry S. Truman” y el “USS Carl Vinson”, está directamente vinculada a la protección de los intereses comerciales en la región. Los hutíes, apoyados por Irán, han amenazado el comercio marítimo en esta zona estratégica, lo que ha motivado una respuesta militar estadounidense, sumando más tensión a una situación ya frágil.
Brasil: Lula, sobre pedido de indulto de Bolsonaro
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien se encuentra de visita oficial en Japón, afirmó que la Justicia federal del gigante sudamericano está cumpliendo con su deber al aceptar la denuncia contra el expresidente Jair Bolsonaro y sus aliados por el intento de golpe de Estado en el país en enero de 2023 y por otros supuestos delitos contra el orden democrático.
Asimismo, el mandatario criticó los pedidos de su antecesor en la presidencia y de sectores de la oposición para conceder indultos por crímenes aún no juzgados. “No tiene sentido que (Bolsonaro) ahora despotrique diciendo que lo están persiguiendo” políticamente, señaló.
Rusia: la UE rechaza pedido de alivio del Kremlin
La Unión Europea rechazó de manera rotunda la exigencia del Kremlin de que el Banco Agrícola Ruso y otras entidades financieras implicadas en el comercio agroalimentario vuelvan a conectarse a Swift, sistema de alta seguridad que permite transferencias de dinero rápidas y precisas, conectando a más de 11 mil instituciones en más de 200 países. Con sede en La Hulpe (Bélgica), el sistema está bajo jurisdicción de la UE y, por tanto, sujeto a sanciones comunitarias. Rusia fue excluida del sistema como consecuencia de su invasión militar a Ucrania en febrero de 2022, guerra aún en curso.
Estados Unidos: aranceles del 25% a la importación de autos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, avisó que impondrá aranceles del 25% a las importaciones de automóviles, una medida que, según la Casa Blanca, fomentaría la fabricación nacional, pero también podría presionar financieramente a los fabricantes de automóviles que dependen de las cadenas de suministro globales. “Esto continuará estimulando el crecimiento”, dijo este jueves Trump a los periodistas. “Efectivamente, estaremos cobrando una tarifa del 25%”, remarcó.