Isabel II tuvo una relación más que distante con América latina, en general, y con Argentina, en particular. El imperio británico se achicó de una manera considerable en sus 70 años de su reinado, pero mantuvo algunas posiciones colonialistas como nuestras Islas Malvinas.
La reina Isabel nunca vino a nuestro país y fueron contados los mandatarios argentinos que tuvieron contacto con ella. Una operación para respaldar a Arturo Frondizi, una negociación trunca con Juan Domingo Perón, una cita con Carlos Menem, una foto con Cristina Fernández de Kirchner en Buckingham, el explícito aval a Margaret Thatcher para la operación militar en el Atlántico Sur en 1982 y una serie de gestos reivindicando la usurpación británica de las Malvinas.
Argentina, fuera del radar de la reina Isabel
Los papeles de la diplomacia inglesa muestran que la fallecida monarca no tuvo a la Argentina casi en su radar en su extenso reinado.
Juan Domingo Perón envió a su vicepresidente Alberto Teisaire a la ceremonia de coronación en 1952. Más allá de los actos protocolares, fue con una propuesta concreta de un acuerdo comercial para recuperar las Islas Malvinas.
Hubo una reunión en Londres con un representante del primer ministro, que terminó sin resultado alguno. Recién en 1980, la corona admitió esa propuesta e informó de su rechazo.
El primer presidente argentino en visitarla fue Arturo Frondizi en 1960, cuando Isabel llevaba ocho años en el trono.
Dos años después y ante los movimientos para derrocar al presidente desarrollista, la reina envió a su marido Felipe a la Argentina como una señal de apoyo y para demorar aquel derrocamiento. Pero las turbulencias obligaron al esposo de la reina a abandonar la Argentina antes de lo que estaba previsto. Antes de eso, Felipe hizo una visita a Córdoba.
La reina Isabel con Carlos Menem y con Cristina Kirchner
Carlos Menem fue el primer presidente argentino en visitar Reino Unido luego de la Guerra de Malvinas. En 1998, compartió un almuerzo en el Palacio de Buckingham, donde el riojano rompió con los protocolos de la realeza y le colocó un poncho en los hombros que había llevado de regalo.
Menem intentó sacar el tema Malvinas en la conversación pero la reina clausuró la conversación. Cuando se iban, Felipe le sugirió al entonces secretario General de la Presidencia, Alberto Kohan, que sedujesen a los isleños. Algunos dicen que surgió la idea del canciller Guido Di Tella de enviar regalos a los habitantes de Malvinas.
En mayo de 2009, Cristina Fernandez de Kirchner estuvo en Londres para una cumbre del G-20. La foto oficial del encuentro fue en Buckingham, en la que Cristina está sentada en primera fila, a tres ubicaciones de la reina. En esa ocasión, no hubo más que un saludo protocolar.
Después de Felipe nadie de la familia real inglesa vino a la Argentina hasta la llegada de la princesa Diana de Gales, Lady Di, ya en crisis matrimonial con quien ahora será el nuevo rey, Carlos. Fue en noviembre de 1995. Se conoció después que todos aquellos viajes causaban malestar de Isabel II.
La posición de la reina Isabel en la Guerra de Malvinas
La reina tuvo una posición inflexible siempre respecto a Malvinas. Ante el desembarco argentino en abril de 1982, autorizó a la conservadora Margaret Thatcher, que atravesaba una profunda crisis económica y caída en su popularidad, a la operación militar de recuperación que derivó en la guerra del Atlántico Sur.
El príncipe Andrés, mencionado como el hijo favorito de Isabel, participó del conflicto, como piloto de helicóptero en el portaaviones HMS Invincible.
Cuando en mayo pasado se celebraron los 70 años del reinado de Isabel, el Reino Unido concedió el estatus de ciudad a ocho localidades entre ellas, Puerto Argentino (Port Stanley), en el mismo momento en que Argentina evocaba los 40 años de la guerra.
Aquel gesto mereció un fuerte rechazo en nuestro país.
