Nueva York enfrenta una grave crisis de huevos debido a un reciente brote de gripe aviar que ha provocado una fuerte escasez en el mercado. Esta situación ha llevado a un aumento drástico de los precios, convirtiendo un producto básico en un artículo de lujo. En los últimos cuatro meses, el precio de los huevos se cuadruplicó en ciudades como Nueva York y se prevé que podría aumentar otro 40% en las próximas semanas.
La causa principal de este desabastecimiento es la necesidad de sacrificar millones de gallinas ponedoras para contener la propagación del virus. Se estima que alrededor de 50 millones o 58 millones de gallinas fueron eliminadas en Estados Unidos, lo que impactó directamente en la producción de huevos.
Limitan la compra de huevos en supermercados de EE.UU.
La escasez ha tenido consecuencias directas para los consumidores. Los supermercados se han visto obligados a limitar la compra de huevos e incluso a venderlos por unidad para asegurar que más familias puedan acceder a ellos. Algunos pequeños comercios también han adoptado la venta unitaria para adaptarse al poder adquisitivo de sus clientes. El incremento en el precio de los huevos incluso impulsó la inflación estadounidense un 3% en enero de manera interanual.
Ante esta situación, Estados Unidos planea importar entre 70 y 100 millones de huevos en 2025. Esto abre una oportunidad de negocio para países como Argentina, donde la docena de huevos tiene un costo significativamente menor, alrededor de U$S 3,5 , en comparación con los U$S 13 que se alcanzan en Nueva York, o incluso hasta U$S 15.
Argentina busca ofrecer una solución a la crisis
Si bien actualmente solo el 2% de su producción de huevos se destina a la exportación, el país podría abastecer a Estados Unidos con productos derivados como polvos de huevo, yema y albúmina , aprovechando la capacidad ociosa de sus fábricas. Estos productos se envían pasteurizados, lo que elimina el riesgo de patógenos.
Sin embargo, la exportación de huevos frescos presenta desafíos. Argentina tiene solo tres plantas de producción certificadas para exportar a Estados Unidos, y solo dos cumplen con la normativa de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) que exige que el huevo esté lavado y parafinado , además de ser refrigerado inmediatamente después del empaque. Esta exigencia es compartida únicamente con Chile. Adecuar las 950 granjas industriales argentinas a estos estándares implica un alto costo que podría no ser rentable a corto plazo.
El presidente ejecutivo de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), Javier Prida, señaló que, si bien la exportación podría diversificar ventas y generar divisas, la adecuación de las plantas representa una inversión considerable. Respecto a la posibilidad de que la exportación encarezca los huevos a nivel local, Prida indicó que podría haber correcciones de precios, aunque no prevé un impacto alto.
Mientras tanto, en Nueva York, el gobierno de Donald Trump destinó U$S 100 millones en ayuda financiera a los productores avícolas y eliminó algunas restricciones regulatorias para aumentar la producción. No obstante, se estima que el mercado no se normalizará hasta dentro de seis meses. La situación actual ha llevado incluso a la aparición de mercados informales de reventa de huevos y a iniciativas solidarias de distribución gratuita para los más vulnerables.