El pasado viernes 10 de enero, Nicolás Maduro asumió su tercer mandato como presidente en Venezuela. A pesar de que los comicios fueron reconocidos como fraudulentos por gran parte de la comunidad internacional, el autoproclamado presidente continuará en el puesto que ejerce desde hace más de una década.
Por su parte, la oposición continúa denunciando las irregularidades y define a Maduro como dictador y golpista.
Mientras se mantiene la lucha política, sigue el día a día de los venezolanos.
“Ya estaba planeado de mucho antes”
“Volvamos al 2013, cuando toma Maduro. Ahí el país comenzó con una cubanización y el desastre económico fue terrible: comienzan a intervenir los negocios y se calcula que 30.000 empresas tuvieron que cerrar”, explicó en diálogo con La Voz un profesional venezolano quien, tras vivir toda su vida en su tierra natal, elige preservar su identidad por motivos de seguridad. Durante esta entrevista lo llamaremos por un nombre ficticio, Marcelo.
Después de años de vivir inmersos en una gran bonanza económica, Venezuela pasó a ser un país “de gente miserable, muerta de hambre, que se iba a pie por la frontera”, en palabras de este profesional.
De acuerdo a lo detallado por Marcelo, se trató de una situación originada en la destrucción de todo tipo de economía. “Aquí funcionaba una economía comunista en donde ellos implementaron los bonos. La impresión tremenda de dinero sin respaldo permitió que a todo el mundo le den algo. Eso hizo que el bolívar perdiera no sé cuántos ceros. Ustedes también han vivido eso ya en Argentina”, remarcó.
Los inicios del régimen chavista en Venezuela: a las instituciones
“Nosotros no estuvimos nunca libres de socialismo, que fue el que destruyó este país. Comenzó en los 50´con los principales partidos venezolanos después de la dictadura”, explicó. Estos partidos incluyeron a los “adecos”, de Acción Democrática (AD), y el Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei).
Según contó Marcelo, después de ganar el poder, Acción Democrática comenzó a aplicar su ideal de la “socialdemocracia” en el país, que a la larga desembocó en Chávez. “Los adecos comienzan a penetrar todos los estratos sociales del país. Parecido al peronismo, en el sentido de que lo que valía era ser del partido, no tu capacidad intelectual, sino ‘ser adeco’, que era como ser del pueblo”, expresó.
“En un proceso de 40 años lograron una estructura tan fuerte que se metieron en los sindicatos, los colegios y la educación social. La ideología socialista se metió en el venezolano: fuimos educados con el buenismo, que el Estado tiene que ayudar, que tenemos que intervenir todo, que el Estado tiene que estar presente en todo y que nosotros tenemos derecho a que el Estado nos de todo. Yo soy producto de eso también, porque eso nos daban en los colegios, en la Universidad”, relata.
“Así inició el proceso de cubanización que destruye el país a través de un modelo comunista”, remarcó. “Cuando llega a la Presidencia Chávez, lo primero que hace es convocar una Constituyente para tomar todos los poderes, saca a todos del gobierno y pone a sus militantes. Así toma todo el poder: Electoral, Judicial, el Congreso y, por supuesto, el Ejecutivo”, concluyó.
Al momento en que Maduro se presenta como candidato en 2013, el oficialismo ya tenía todos los medios de comunicación a favor y no se enfrentaba a ningún cuerpo opositor fuerte. Sin embargo, la situación económica no era la misma que durante la bonanza petrolera. Con los “petrodólares” consumidos, a la muerte de Hugo Chávez (2013) solo queda la deuda.
“Parecido a Argentina: deuda con mucha inflación. Sin embargo, nunca a niveles tan altos, ahora lo que debe Argentina, 300 mil millones de dólares, es una cosa impensable. En ese tiempo hablaban de 23 o 25 mil millones de dólares y era mucha plata”.
* Nota: Según el reporte oficial del Ministerio de Economía de la Nación Argentina, para diciembre del 2024 la deuda pública bruta total superó los 466.000 millones de dólares.
“Entonces Maduro se comienza a radicalizar: a destruir e intervenir empresas, a cambiar los precios de las cosas, comienzan a desaparecer todos los anaqueles. Ya no había nada: desaparece el arroz, la harina, el pan, la carne, el pollo. Desaparece todo porque -como todo estaba intervenido- nadie producía porque daba perdida”, relató Marcelo.
Se trató, en palabras del profesional, de una destrucción completa del país. Con la Universidad casi a puertas cerradas, comenzó la migración y toda la población que contaba con título profesional desapareció. Cabe aclara que Marcelo es padre de siete hijos, de los cuales cuatro se encuentran fuera del país.
“Todo esto era un plan que se dio en el Foro de Sao Pablo -de tomar todo América Latina-. Pero, específicamente Venezuela, engrana dentro de ese plan pero como expansión de la dictadura cubana. Argentina, a pesar de que tuvo ese proyecto diabólico que fue el Foro de Sao Paulo, donde ustedes tuvieron a los kirchneristas que destruyeron el país como lo destruyeron, sobrevivieron las instituciones. Aunque los kirchneristas intentaron penetrarlas, y a lo mejor las penetraron en cierta medida, lo que sobrevivió les produjo un nuevo renacer, que creo que es lo que tienen ahorita”, sostuvo.
La vida bajo el régimen venezolano
“En cuanto a la censura, en la calle, pues sí, la gente hablaba, se molestaba y decía ‘esta vaina es una dictadura’. Pero, poco a poco, se fueron tomando todos los espacios de protesta, de disidencia, y la gente como que automáticamente sabía que no podía hablar mal. Una autocensura que empezó con Chávez y se acentuó con Maduro”, dijo.
Con la economía destruida, muchos vieron como única opción obtener empleo dentro de la inmensa estructura estatal. “Si tú te manifestabas contrario te podían despedir: no podías decir nada, te revisaban tus redes sociales. Yo no vi a nadie que fuera preso, pero la gente se autocensuraba por la disposición que hubo”, remarcó.
“La gente no tenía otras opciones. Por decirte algo, cuando salió Chávez, estábamos en 400 dólares como sueldo mínimo. Ahorita el sueldo mínimo de un maestro puede estar en 6 dólares mensuales. Además de eso, ellos dan algunos bonos de 10 dólares y con eso tienen a la gente”, compartió el venezolano y explicó que su país vive de la “economía de las remesas”: el dinero que mandan compatriotas que viven y trabajan en otras partes del mundo para sustentar a sus padres o conocidos en tierra venezonala.
“Ese es el movimiento que se ve. Cada familia tiene alguien que envía 100 o 150 dólares, y de eso es que vive la gente. Otros realmente pasan hambre. La gente pasa hambre. Pasa mucha necesidad”.
Respecto a la economía familiar, Marcelo remarcó que no alcanza con los sueldos locales. “Pues, nosotros usamos aquí mucho la harina de maíz para hacer la arepa, que es como el pan nuestro. Un kilo vale un dólar. Medio kilo de fideos vale 0.60 dólares. Un kilo de carne para milanesa puede estar en 8 dólares. Un kilo de carne vale más de lo que gana mensualmente un maestro”, expuso crudamente.
Por otra parte, los habitantes del país caribeño tampoco cuentan con servicios públicos. “Están todos destruidos. Ahora han comenzado a reconstruirlos. De momento, la luz todavía hay sectores de la ciudad en que se va a tres o cuatro horas. En el campo 20 horas. Como destruyeron (el Gobierno) la mayor empresa petrolera del país, PDVSA -como el YPF de Venezuela- también destruyeron el sistema eléctrico. El agua también está completamente colapsada”.
“Normalización del sistema comunista”
En las últimas semanas, se conoció un aumento de las denuncias de violencia y las situaciones de conflicto con motivo de las elecciones celebradas el pasado viernes 10 de enero.
En esta línea, Marcelo explicó que actualmente “la censura y la violencia están estabilizadas”. “Estabilizadas en el sentido de que la gente se ha acostumbrado a vivir así, como la ranita esa que tú la pones en agua fría y la vas calentando. Algo así pasa aquí en Venezuela”, puntualizó el arquitecto.
“La gente se va acostumbrando y vive con lo que puede. Pasa también en las dictaduras como Cuba. Tú ves que la gente va haciendo su vida... y no tiene nada”, remarcó el profesional, y añadió: “Todo se va destruyendo y todo se va acabando, pero la gente como va acostumbrándose. Ese es un proceso que está pensado así y nosotros hemos llegado a eso. Siendo un país rico, hemos llegado a una normalización del sistema comunista”.
“Es un sistema perverso en donde va quitando todas las libertades y al final, la gente termina agradeciéndole por una bolsa de comida”, concluyó con angustia.