Alemania enfrenta su segundo cambio de líder en menos de cuatro años, luego de que el jefe de la oposición conservadora, Friedrich Merz, ganó las elecciones del domingo, que registraron un aumento de un partido de extrema derecha y una contundente derrota para el canciller saliente, Olaf Scholz.
Tras el colapso del gobierno de tres partidos de Scholz en noviembre de 2024, ahora le corresponde a Merz restaurar la estabilidad en el país más poblado de la Unión Europea y con un gran peso político, ya que también tiene la economía más grande del continente.
Merz enfrenta una tarea difícil. Pero podría haber sido peor. Al menos tiene una opción realista para formar gobierno: una coalición con los socialdemócratas de Scholz. Su bloque de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania y su rival de centroizquierda tienen un total combinado de 328 escaños en el parlamento de 630.
Él dice que espera concretar el acuerdo para Pascuas. Ese es un plazo desafiante: los posibles socios tendrán que reconciliar propuestas contrastantes para revitalizar la economía, que se ha contraído en los últimos dos años, y para frenar la migración irregular, un tema que Merz impulsó con fuerza durante la campaña.
Aun así, es una tarea mucho más fácil de la que podría haber sido. Durante horas en la noche del domingo, lucía probable que Merz necesitara añadir un segundo socio de centroizquierda, los Verdes ambientalistas, para formar una mayoría parlamentaria.
El declive de los pesos pesados de Alemania
La Unión y los socialdemócratas fueron los pesos pesados de la Alemania de la posguerra. Pero su apoyo se fue erosionando durante al menos dos décadas, a medida que el panorama político se fragmentó. Su desempeño combinado el domingo fue el más débil desde que se fundó la república federal de posguerra, en 1949.
Los socialdemócratas tuvieron su peor resultado en la posguerra con sólo 16,4% de los votos. La Unión tuvo su segundo peor resultado, con 28,5%. Esta es apenas la segunda vez que el partido ganador obtuvo menos de 30%; la primera fue en 2021.
El crecimiento de la ultraderecha
La Alternativa para Alemania, o AfD, de extrema derecha y antiinmigración, emergió como el partido más fuerte en el este del país, que anteriormente era comunista y menos próspero. Eso consolidó su primacía en una región que fue durante mucho tiempo su bastión, y donde ganó su primera elección estatal el año pasado.
Otros partidos fueron más fuertes en tan sólo unas pocas circunscripciones del este fuera de Berlín. En el oeste de Alemania, que representa la mayor parte de la población del país, la AfD quedó detrás de la Unión de Merz y, a veces, de otros partidos también, pero aun así obtuvo un fuerte apoyo en su camino hacia el 20,8% de los votos a nivel nacional, la puntuación más alta de un partido de extrema derecha en la posguerra.
Votantes jóvenes lideran resurgimiento de la izquierda
Si bien la AfD registró las mayores ganancias, el Partido de la Izquierda hizo las más inesperadas. El partido parecía destinado a la obsolescencia electoral al inicio de la campaña, pero logró un regreso contundente al obtener 8,8% de los votos.
El Partido de la Izquierda apeló a los votantes jóvenes con posiciones muy liberales sobre cuestiones sociales y de migración y una política de gravar a los ricos, respaldada por una astuta campaña en redes sociales.
Ucrania aún puede esperar apoyo alemán
Merz ha sido un firme defensor de Ucrania mientras se defiende de la invasión rusa. Escribió en la red social X el lunes que “más que nunca, debemos poner a Ucrania en una posición de fortaleza”. Agregó que “para una paz justa, el país que está bajo ataque debe ser parte de las negociaciones de paz”.
Se trata de una buena noticia para el presidente ucraniano, en medio del intento de EE. UU. por despegarse del conflicto, reducir la ayuda a Ucrania y lograr un acuerdo con Rusia sin incluir en la negociación a Ucrania o a la Unión Europea.
Con Schol, Alemania se convirtió en el segundo mayor proveedor de armas de Ucrania después de Estados Unidos. Merz incluso criticó en ocasiones al gobierno saliente por hacer muy poco, y pedía que Alemania suministrara misiles de crucero de largo alcance Taurus a Kiev. Scholz se negó a hacerlo.
En qué se equivocó Scholz
Scholz había logrado una estrecha victoria en 2021, después de presentarse como la opción más segura disponible.
Pero la agenda de su gobierno fue rápidamente trastornada por la guerra en Ucrania y las subsiguientes crisis de energía e inflación. Su coalición se volvió notoria con el tiempo por las luchas internas y la mala comunicación. Scholz dijo recientemente que tal vez debería haberla terminado antes de lo que lo hizo.
Scholz buscó otro regreso poco probable. Pero demasiados votantes, e incluso algunos en su propio partido, se habían desilusionado con el impopular canciller.