Con un lenguaje sencillo, directo y contundente, el papa Francisco marcó su pontificado con mensajes que fueron mostrando claras señales de cambios y el inicio de una nueva época en la vida de la Iglesia. Estas son algunas de sus frases más destacadas:
Pobreza: “íCómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres! La pobreza se aprende con los humildes, los enfermos y con todos aquellos que están en las periferias existenciales de la vida. La pobreza teórica no nos sirve. La pobreza se aprende tocando la carne de Cristo pobre en los humildes, los pobres, los enfermos y los niños”.

Poder: “No nos olvidemos que el verdadero poder es el servicio y que el Papa para ejercer el poder también debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su cumbre luminosa en la Cruz”.
Gays: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy linda. Dice que no se deben marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad”.
Curas: “Hay curas tristes y convertidos en coleccionistas de antigüedades o de novedades, en lugar de ser pastores con olor a oveja, en lugar de ser pastores en medio de su rebaño y pescadores de hombres. Eso les pido: sean pastores con olor a oveja”.
Hambre: “Los alimentos que se tiran a la basura son alimentos que se roban de la mesa del pobre, del que tiene hambre”.
Aborto y anticonceptivos: “No podemos seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Tenemos que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio moral de la Iglesia corre el peligro de caer como un castillo de naipes”.

Divorcio: “El amor muchas veces fracasa. Hay que sentir el dolor de este fracaso, acompañar a las personas que han sufrido este fracaso del propio amor. No condenarlos, sino caminar con ellos”.
Dinero: “El antiguo culto al becerro de oro ha encontrado una imagen nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de una economía, que no tiene rostro. Hoy no manda el hombre, sino el dinero. ¡El dinero debe servir y no gobernar!”.
Corrupción: “La corrupción es como la droga. Comienza quizás con un pequeño sobre, pero es como la droga. Quien lleva a casa dinero ganado con la corrupción, da de comer a sus hijos pan sucio”.
Franciscomanía: “No me gustan las interpretaciones ideológicas, una cierta mitología del Papa Francisco. Pintar al PAPA como si fuese una especie de Superman, una especie de estrella, me resulta ofensivo. El Papa es un hombre que ríe, llora, duerme tranquilo y tiene amigos como todos. Es una persona normal”.