El exparacaidista ruso Pavel Filatiev decidió pedir asilo político en Francia tras denunciar corrupción en el ejército del Kremlin y cuestionar duramente la invasión a Ucrania.
El exmilitar, de 34 años, quien combatió dos meses en Ucrania y llegó el domingo a París vía Túnez, fue liberado esta tarde y se disponía a pedir asilo político, según reveló a la agencia de noticias AFP su abogada, Kamalia Mehtiyeva.
Su situación dio un vuelco radical cuando a inicios de agosto publicó en la red social Vkontakte -el equivalente a Facebook en Rusia- un relato de 141 páginas sobre el conflicto, después de haber servido en el 56º regimiento de tropas aerotransportadas con base en la península de Crimea.
“Cuando me enteré de que el mando pedía que me condenaran a 15 años de prisión por información falsa contra el ejército ruso entendí que aquí no llegaría a ninguna parte y que mis abogados no podrían hacer nada por mí en Rusia”, declaró Pavel Filatiev a la agencia de noticias AFP, que lo entrevistó ayer en la sala de espera para solicitantes de asilo del aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle de París.
ZOV
Su texto titulado “ZOV”, que significa “llamada” en ruso y que al mismo tiempo recuerda las letras pintadas en los tanques rusos en Ucrania, critica la invasión lanzada el 24 de febrero por el presidente Vladimir Putin.
“No teníamos el derecho moral de atacar a otro país, ni a las personas más cercanas a nosotros”, sostuvo el excombatiente, hijo a su vez de un soldado que había servido en el 56º regimiento.
Filatie describió un ejército hecho pedazos, apenas equipado y sin formación, “en el mismo estado en el que se encuentra Rusia en los últimos años”.
“La corrupción, el desorden y el descuido han superado los límites de lo aceptable”, sentenció.
Relató que “los primeros meses estuve en shock. Me dije ‘esto no es posible’ y, a fin de año, me di cuenta de que no quería servir en un ejército así”.
Sin embargo, no renunció y se encontró en primera línea cuando se puso en marcha lo que el Kremlin denominó “operación especial”. Con su regimiento, se dirigió primero a Jerson y luego a Mykolaiv, dos ciudades ucranianas del Mar Negro.
“Estábamos bajo fuego de artillería cerca de Mykolaiv. En ese momento, pensé que estábamos haciendo algo estúpido. ¿Para qué diablos necesitamos esta guerra? Y realmente tuve este pensamiento: ‘Dios, si sobrevivo, haré todo lo posible para detener esto’”, relató el hombre, quien además aseguró que tardó 45 días en escribir sus memorias.
“Como salvajes, comíamos todo lo que podíamos encontrar. Me tomó semanas entender que no había guerra en suelo ruso y que acabábamos de atacar Ucrania”, añadió.
Filatiev contó que los paracaidistas -lo mejor del ejército ruso- tomaron la ciudad de Jersón y empezaron a robar “computadoras y cualquier objeto de valor que pudieran encontrar”. Por la mala alimentación, también comenzaron a robar comida.
“Como salvajes, comíamos todo lo que podíamos encontrar: avena, gachas, mermelada, miel, café… No nos importaba nada, ya estábamos al límite. La mayoría había pasado un mes en los campos sin ningún rastro de comodidad, una ducha o comida normal”, apuntó.
“Puedes llevar a las personas a un estado salvaje si no piensas que necesitan dormir, comer y lavarse. Todo alrededor nos daba una sensación de vileza; como bastardos, tratamos de sobrevivir”, escribió Filatiev.
“No veo justicia en esta guerra, no veo la verdad aquí”, sentenció.
Conflicto Rusia - Ucrania
Tras dos meses de combates, durante los cuales afirmó que su regimiento no había participado en ninguna acción contra civiles o prisioneros, Filatiev fue evacuado debido a una infección en su ojo derecho y hospitalizado en Sebastopol, Crimea.
Intentó dimitir por motivos de salud, pero sus jefes le pidieron que volviera al frente, amenazando con abrir una investigación en su contra si no lo hacía.
“Al principio tenía mucho miedo de que me mataran. Pensé que terminaría en Ucrania de todos modos. No tengo nada que perder. Salí de Rusia solo con el objetivo de tratar de cambiar algo allí”, declaró en diálogo con MediaZona.
A comienzos de agosto, abandonó Crimea y publicó su diario en Internet y tras vagar de ciudad en ciudad por Rusia para evitar ser detectado, finalmente abandonó el país.
Si consigue el estatus de refugiado, dice que desea actuar “para que esta guerra termine”.
