El gobierno de Pedro Sánchez atraviesa sus “peores horas” debido a un gigantesco escándalo de corrupción que involucra al exministro de Transporte, José Luis Ábalos, y que desestabilizó al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Ábalos, quien debe declarar ante el Tribunal Supremo, está siendo investigado por su implicancia en una trama corrupta que habría cobrado “coimas” o “mordidas” en la compra de barbijos durante la pandemia y por la adjudicación de obras públicas a constructoras en diversas regiones de España.
La investigación, revelada por un informe de más de 400 páginas del equipo de delitos económicos de la Guardia Civil, se centró en un suceso clave. La noche del martes 10 de junio, cuando agentes de la Guardia Civil allanaron la casa de Ábalos en Valencia, el exministro intentó esconder una memoria externa entre la ropa de la mujer que lo acompañaba.
Según se confirmó, este dispositivo contenía conversaciones entre Ábalos y el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, además de otros ministros y empresarios, y lo que él describe como su propia defensa.
“Soy un gilipollas, el imbécil de todo esto”, confesó Ábalos a una radio española, afirmando que reconoce la existencia de la trama corrupta, pero sostiene que fue “utilizado”.
El exfuncionario acusó directamente a Santos Cerdán, exsecretario de organización del PSOE, y a Koldo García, su exchofer y asesor, de haberlo “penetrado en el Ministerio” y “presionado para tratar de influir en las contrataciones”.

Ábalos afirmó que Cerdán y Koldo “venían con una dinámica previa de corrupción desde Navarra”, donde se conocieron en el Partido Socialista de Navarra en 2013. Fue Cerdán quien presentó a Koldo a Ábalos, quien luego lo contrató primero como chofer y después como asesor.
El juez del Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, le tomará declaración a Ábalos y a Koldo García este lunes, quienes ya habían sido citados anteriormente cuando se destapó el cobro de estas “mordidas” en la adquisición de material sanitario. La Guardia Civil se llevó de la vivienda de Ábalos más de 30 discos rígidos, celulares, una tablet y diversa documentación.
Impacto político y reacciones
Este escándalo es considerado el mayor en los siete años de Pedro Sánchez en La Moncloa y generó una “paranoia” entre los socialistas. El partido minoritario de la coalición de gobierno, Sumar, se desmarcó del Psoe. “Mientras unos acordaban ‘mordidas’ al lado del Ministerio de Trabajo, otras estábamos peleando la reforma laboral. Así que lo digo con dignidad: No somos todas iguales”, declaró la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, enfatizando: “La corrupción cero sí existe”. Díaz aseguró que los cinco ministerios liderados por Sumar están “limpios” y que su espacio político “nunca ha robado”.
La oposición pidió la renuncia de Pedro Sánchez y la convocatoria a elecciones anticipadas, pero el presidente del gobierno insistió en que no habrá adelanto de los comicios, previstos para 2027.