El Reino Unido firmó un acuerdo histórico para transferir la soberanía de las islas Chagos a Mauricio, poniendo fin a décadas de disputa sobre el archipiélago en el Océano Índico. El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, confirmó este jueves la firma del acuerdo.
Sin embargo, el acuerdo incluye una disposición crucial: el Reino Unido arrendará la isla más grande, Diego García, durante 99 años para que continúe operando allí una base militar conjunta estadounidense-británica. Esta base, que alberga una base naval estadounidense, fue fundamental durante la guerra contra el terrorismo y, según las fuentes, en ella funcionó una prisión clandestina y se realizaron vuelos de “rendition”. Los ministros británicos argumentaron que este acuerdo proporciona la seguridad jurídica necesaria para la continuidad de las operaciones de la base.
Las razones específicas detrás de esta decisión son “altamente clasificadas”, según informó el gobierno británico. Starmer afirmó que tuvo que llegar a un acuerdo, ya que de lo contrario, Mauricio probablemente habría ganado en tribunales internacionales si hubiera llevado al Reino Unido.
La transferencia de soberanía sobre el archipiélago, oficialmente conocido como Territorio Británico del Océano Índico, se anunció inicialmente en octubre pasado tras negociaciones con Pravind Jugnauth, entonces primer ministro de Mauricio. El progreso se retrasó tras la elección del presidente estadounidense Donald Trump, quien posteriormente dio luz verde al plan durante una visita de Starmer a la Casa Blanca en febrero.
El caso de Chagos recuerda la situación de las Islas Malvinas, bajo control británico y reclamadas por Argentina, sugiriendo una posible vía para resolver el conflicto.
La decisión generó diversas reacciones y controversias. La estimación del costo anual del acuerdo se cree que ronda los 90 millones de libras esterlinas, una cifra basada en la renta que Estados Unidos paga por una base similar en Yibuti. Altos asesores del primer ministro mostraron preocupación por pagar millones de libras al año a Mauricio mientras se impulsan recortes en la asistencia social en el Reino Unido. La firma formal había sido bloqueada por Downing St por temor a una reacción negativa “tóxica” tras los resultados electorales locales.
Políticos de la oposición criticaron duramente el acuerdo. Kemi Badenoch, líder del partido Conservador, argumentó que “no redunda en nuestro interés nacional ceder las islas y pagar por el privilegio de hacerlo”. Nigel Farage, líder de Reform UK, afirmó que el Reino Unido debería ceder la soberanía a Estados Unidos en lugar de “corromper a Mauricio”.
La firma del acuerdo ocurrió a pesar de una orden judicial de última hora emitida por el Juez Goose a petición de Bertrice Pompe, una ciudadana británica nacida en Diego García, quien había iniciado acciones legales contra el acuerdo. Sin embargo, pocas horas después, el Juez Chamberlain desestimó la orden judicial, declarando que “el interés público y los intereses del Reino Unido se verían sustancialmente perjudicados” por su prórroga.
Históricamente, el Reino Unido decidió separar el archipiélago de Chagos de Mauricio en 1965, cuando Mauricio aún era una colonia. Aunque Mauricio obtuvo su independencia en 1968, las islas Chagos permanecieron bajo control británico. Durante los años 60 y 70, el Reino Unido expulsó a la población chagosiana para permitir el establecimiento de la base militar estadounidense en Diego García.
El tratado que formaliza la cesión de soberanía se presentará al parlamento británico para su ratificación, que podría ocurrir automáticamente si no es rechazado en un plazo de 21 días.