El pasado 23 de junio de 2025, la cápsula Nyx, desarrollada por la empresa aeroespacial alemana The Exploration Company, despegó desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg a bordo de un cohete Falcon 9. Entre sus cargas, se encontraban cenizas y ADN de 166 personas fallecidas, pertenecientes a familias que contrataron a Celestis, una compañía especializada en vuelos espaciales conmemorativos.
Además, la cápsula transportaba materia vegetal y semillas de cannabis como parte de un proyecto de ciencia ciudadana para estudiar los efectos de la microgravedad sobre la germinación y resiliencia de las plantas. El objetivo era informar futuras exploraciones en ambientes extremos, como Marte.

Falla en la recuperación y dispersión en el mar
Nyx completó exitosamente dos órbitas alrededor de la Tierra y comenzó su trayectoria de regreso. Sin embargo, una anomalía relacionada con el sistema de paracaídas hizo que la cápsula se estrellara en el Océano Pacífico. Según un comunicado oficial de Celestis, el contenido se dispersó en el mar.
La empresa expresó: “Si bien actualmente creemos que no podemos recuperar la cápsula de vuelo, esperamos que las familias encuentren tranquilidad al saber que sus seres queridos formaron parte de un viaje histórico, fueron lanzados al espacio, orbitaron la Tierra y ahora descansan en la inmensidad del Pacífico, como en una tradicional y honorable dispersión marina”.
Un precedente en vuelos conmemorativos espaciales
Este incidente marca la segunda pérdida de carga útil de Celestis. En 2023, otro cohete que transportaba los restos cremados del astronauta de la Nasa Philip K. Chapman explotó sobre Nuevo México durante su lanzamiento.