El gobierno interino de Siria dio un paso importante hacia la reconstrucción del país con la formación de un comité de expertos encargado de redactar la nueva Constitución del país. Esta medida llega como parte de la transición en Siria, luego de la caída del ex dictador Bashar al Assad, y se presenta como uno de los elementos más destacados para asegurar un futuro democrático en el país.
El decreto emitido este domingo por la Presidencia siria señala que el comité será responsable de redactar el borrador de la nueva Constitución, un proceso que se contempla como uno de los elementos clave de la fase de transición política en Siria. La medida responde a las aspiraciones del pueblo sirio de construir un país basado en la soberanía de la ley, tal como fue reflejado en los acuerdos alcanzados en la conferencia del diálogo nacional sirio.
Este comité estará compuesto por siete expertos, entre ellos una única mujer: la reconocida defensora de derechos humanos Bahia Mardini, representante de la comunidad kurda. Además, se suman Abdelhamid al Awak, Yaser al Hawish, Ismail al Jalfan, Reiaan Koheilan, Mohamed Reda Galji y Ahmed Qorb. El principal objetivo de este grupo será preparar el texto constitucional que sentará las bases legales para la transición política y social de Siria.
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El presidente interino, Ahmed al Sharaa, quien lidera el gobierno de transición, fue quien emitió el decreto y adelantó que el proceso de redacción de la nueva Constitución podría llevar entre dos y tres años. Un proceso que ya había sido intentado durante años bajo el régimen de Bashar al Assad, pero que fracasó en el marco de las negociaciones mediadas por la ONU en Ginebra.
El avance en la creación de la nueva Constitución no es el único desafío para las nuevas autoridades de Damasco. Además de garantizar el funcionamiento de las instituciones del Estado, el gobierno interino también se enfoca en la formación de un Parlamento y en la organización de elecciones democráticas que, según las autoridades, serán una parte fundamental para cimentar el futuro democrático del país.
Sin embargo, el proceso de transición no está exento de tensiones. Diversos grupos, particularmente los kurdos, que gobiernan de facto el noreste del país, expresaron su preocupación por sentirse excluidos de este diálogo nacional. A pesar de estas críticas, el gobierno interino mantuvo su compromiso de avanzar en la transformación política y social de Siria.
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En paralelo a estos esfuerzos políticos, Siria se encuentra en plena celebración del Ramadán, un mes sagrado para los musulmanes. En la capital, Damasco, este Ramadán se celebra bajo la sombra del cambio de gobierno tras la caída de Bashar al Assad, con una mezcla de esperanza y dificultades. “Estamos muy contentos en este Ramadán, lo recibimos con alegría, pese a que la situación económica es muy negativa en el país”, señaló Basel Mohamed, un trabajador de pastelería en la ciudad vieja de Damasco.
El Ramadán de este año simboliza el comienzo de una nueva etapa política para Siria, marcada por la transición hacia una “nueva Siria”. Sin embargo, el camino hacia la estabilidad y la paz sigue siendo incierto, y las dificultades económicas que enfrenta la población se suman a la complejidad del proceso de transformación política en el país.