En medio de un clima cada vez más tenso entre Estados Unidos y Ucrania, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, arremetió contra su par ucraniano, Volodimir Zelenski, calificándolo de “dictador” y advirtiendo que el mandatario ucraniano debería actuar rápidamente o podría perder su país.
Trump, a través de su plataforma Truth Social, criticó de a Zelenski, quien asumió la presidencia de Ucrania en 2019. En sus declaraciones, Trump afirmó: “Zelenski, un dictador sin elecciones, debería actuar rápido o no le quedará un país”, haciendo referencia al mandato presidencial ucraniano, que según la legislación del país, no contempla la celebración de comicios durante tiempos de guerra o bajo la ley marcial, como ocurre desde la invasión rusa en 2022.
Estas acusaciones se produjeron luego de que Zelenski señalara que Trump estaba siendo influenciado por la “maquinaria de desinformación rusa”, algo que no cayó bien en la Casa Blanca.
A esto, Trump añadió un comentario sobre la guerra en Ucrania, acusando al líder ucraniano de haber manipulado a Joe Biden para que Estados Unidos se involucrara en un conflicto del que, según él, no había posibilidad de ganar. Trump también señaló que Zelenski, quien fue una popular estrella de televisión antes de llegar al poder, nunca habría podido resolver el conflicto sin la ayuda de Estados Unidos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, también se hizo eco de la situación internacional, sugiriendo que la falta de confianza entre Estados Unidos y Rusia dificultaba la resolución de la crisis ucraniana. Estas declaraciones surgieron luego de la primera reunión formal entre Rusia y Estados Unidos sobre la guerra en Ucrania, llevada a cabo en Arabia Saudita.
Por otro lado, mientras el expresidente Trump lanzaba críticas sobre el liderazgo de Zelenski, en Kiev, el representante especial de la Casa Blanca para la guerra en Ucrania, Keith Kellogg, llegó para una visita oficial. Kellogg fue recibido por Andrí Yermak, jefe de la oficina presidencial ucraniana, quien enfatizó la importancia de que Estados Unidos se mantenga informado sobre la situación en el frente de guerra y sobre la resiliencia de la nación ucraniana.
Las críticas del expresidente podrían abrir nuevas grietas en las relaciones entre ambos países, mientras que Moscú observa de cerca las conversaciones que podrían definir el futuro del conflicto.