El lunes por la tarde, una sala de oración de la escuela islámica Al Khoziny, en Sidoarjo (Java Oriental), se vino abajo mientras cientos de estudiantes participaban de un rezo. El edificio, centenario, estaba siendo ampliado con dos pisos adicionales construidos sin autorización, lo que habría debilitado los cimientos.
El derrumbe provocó una avalancha de losas de concreto y barras de acero que sepultaron a decenas de alumnos.
Rescate a contrarreloj
Más de 300 rescatistas trabajan día y noche entre pasajes estrechos de escombros para intentar llegar a los atrapados. Utilizan martillos, herramientas eléctricas y hasta drones térmicos para detectar signos de vida.
En un momento de esperanza, este miércoles lograron rescatar con vida a un niño, que fue trasladado de urgencia al hospital.
El drama de las familias
Las autoridades confirmaron tres muertes y unos 100 heridos, de los cuales más de dos docenas siguen hospitalizados con fracturas y traumatismos. La cifra de desaparecidos, inicialmente estimada en 38, subió a 91 tras cotejar listas de asistencia y testimonios de familiares.
La mayoría de las víctimas son varones de entre 12 y 18 años. Las alumnas, que rezaban en otra parte del complejo, lograron escapar ilesas.
Construcción irregular bajo investigación
La policía indonesia informó que el colapso se produjo porque los cimientos no soportaron el peso del concreto durante la ampliación ilegal. La fiscalía abrió una investigación para determinar responsabilidades.
Mientras tanto, los rescatistas suministran oxígeno, agua y comida a los sobrevivientes detectados bajo los escombros, en un intento desesperado por ganar tiempo frente al riesgo de un nuevo derrumbe.