Este viernes, cuatro mujeres soldado israelíes, capturadas durante la incursión violenta a territorio de Israel, perpetrada por milicias de Hamas el 7 de octubre de 2023, regresaron a su país después de un tenso intercambio de prisioneros. Militantes del Movimiento de Resistencia Islámica las hicieron desfilar ante miles de personas en la Franja Gaza antes de entregarlas a la Cruz Roja. A su regreso, la imagen fue la de un gesto de victoria para Hamas, que en medio de una guerra devastadora intentaba demostrar que mantenía el control sobre el enclave palestino, aun luego de 15 meses de conflicto armado.
Las jóvenes, sonrientes, levantaron el pulgar y saludaron desde un escenario rodeado de militantes armados. Aunque, como detallaron otros liberados previamente, la realidad tras las cámaras es otra: condiciones brutales de cautiverio y coacción para grabar videos de propaganda. Esta liberación se enmarca dentro de un delicado acuerdo de alto el fuego, que hasta el momento, aunque frágil, ha permitido que se respirara algo de calma entre las tensiones en la región.
Futuro incierto
La contraparte de esta liberación fue la excarcelación de 200 prisioneros palestinos por parte de Israel, incluidos 121 detenidos con condenas perpetuas por ataques mortales contra israelíes. En las calles de Ramallah, miles de palestinos celebraron este gesto, al igual que el recibimiento de los liberados, muchos de ellos portando cintas de Hamas y aclamados por multitudes. La sensación era de triunfo, pero también de incertidumbre, ante un futuro que sigue siendo incierto.
Sin embargo, el camino hacia una paz duradera no es simple. Israel ha dejado en suspenso la posibilidad de que los palestinos desplazados puedan regresar al norte de Gaza debido a la falta de liberación de otro rehén, Arbel Yehoud, un civil israelí secuestrado en el kibutz de Netzarim. Este detalle, aparentemente menor, agita las aguas de un acuerdo que se tambalea, con ambas partes intercambiando responsabilidades sobre los retrasos.
Hamas, por su parte, aseguró que la liberación de Yehoud ocurrirá en la próxima semana, mientras que los mediadores intentan, bajo el manto del anonimato, calmar las tensiones.
A pesar de la aparente esperanza de un alto el fuego que reduce los bombardeos y permite la entrada de ayuda a Gaza, la cifra de víctimas sigue aumentando. Más de 47 mil palestinos han muerto desde el inicio de la guerra, muchos de ellos mujeres y niños, según cifras de funcionarios de salud locales. Por su parte, el ataque inicial del 7 de octubre, que costó la vida de 1.200 israelíes, dejó un saldo de al menos 250 rehenes, muchos de los cuales aún permanecen en cautiverio.
Fantasmas al acecho
El futuro del acuerdo es incierto. El próximo sábado está marcada la liberación de otros 26 rehenes, pero la paz parece seguir siendo un espejismo, mientras los ojos del mundo están puestos en este complejo y frágil proceso. En Gaza y en Israel, el deseo de cesar el sufrimiento parece coincidir con la necesidad de poder alcanzar un acuerdo real, aunque la sombra de la violencia y los fantasmas de la guerra siguen acechando.
Los que recuperaron la libertad
Las cuatro soldados israelíes, Karina Ariev, de 20 años; Daniella Gilboa, de 20; Naama Levy, de 20, y Liri Albag, de 19, fueron capturadas en el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023 que desencadenó la guerra. Vociferaban mientras se apresuraban a abrazar a sus seres queridos. Al llegar en helicóptero cerca de un hospital de Tel Aviv, que dijo que estaban en condición estable, miles de personas bailaron y celebraron.
“Se me puso la piel de gallina al verlas”, dijo Aviv Bercovich en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv. “Sólo quiero que la guerra termine”, agregó el vecino de la segunda ciudad más poblada de Israel.
Entre los 200 prisioneros palestinos liberados, se encuentran Mohammad Odeh, de 52 años, y Wael Qassim, de 54, quienes fueron acusados de llevar a cabo ataques mortales de Hamas contra israelíes, incluido un atentado con bomba en una cafetería de la Universidad Hebrea de Jerusalén en 2002, que dejó nueve personas muertas, incluidos cinco ciudadanos estadounidenses.
Reparto de prisioneros
En tanto, 70 prisioneros liberados fueron expulsados a Egipto y algunos podrían ir a otros países. Argelia, Túnez y Turquía expresaron su voluntad de acogerlos, según Abdullah al-Zaghari, jefe de un grupo de defensa de los prisioneros palestinos.
Los soldados israelíes habían sido sacados de la base de Nahal Oz, cerca de la frontera con Gaza, cuando militantes palestinos la invadieron y mataron a más de 60 soldados. Una quinta soldado de su unidad, Agam Berger, de 20 años, también fue secuestrada.
“Esto es enorme”, dijo Radwan Abu Rawiya, residente de la ciudad de Gaza, uno de los miles de personas que vieron cómo se entregaba a los rehenes. “La gente se olvidó de la guerra, de la destrucción, y está celebrando”.
Un video difundido por el brazo armado de Hamas mostraba a los rehenes agradeciendo a los milicianos en árabe por el “buen trato”, probablemente bajo coacción.
En un comunicado, el vocero del Ejército israelí, el contralmirante Daniel Hagar, criticó lo que calificó como la “cínica” demostración de Hamas.
También dijo que Israel está preocupado por los dos rehenes más jóvenes, los hijos de argentinos Kfir y Ariel Bibas, y por su madre, Shiri. Kfir Bibas celebró su segundo cumpleaños en cautiverio el 18 de enero.
