La invasión a territorio ucraniano que lleva adelante Rusia desde el 24 de febrero último está causando estropicios severos entre los que sobresale la muerte de víctimas civiles y de combatientes de ambos bandos en las poblaciones arrasadas, por los daños irreparables y sin parangón que supone.
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La guerra que se libra en Europa del Este, además, impacta –sin pausa ni clemencia–, en la seguridad alimentaria no sólo de los países involucrados de manera directa en el conflicto bélico, sino en las regiones circundantes y también en las zonas remotas del planeta.
El tema está en la agenda de discusión de los mandatarios de los 27 países integrantes de la Unión Europea (UE) que desde este martes y hasta este miércoles deliberan en Bruselas, Bélgica, luego de superar grietas internas y acordar un embargo de las importaciones de casi todo el petróleo ruso.
La retención afecta por ahora al crudo transportado por barco, lo que supone alrededor de dos tercios del total importado desde Rusia; no obstante, debería ampliarse hasta el 90 por ciento hacia fines de este año, según lo proyectado por el bloque continental.
Simultáneamente, los líderes políticos pretenden abrir “corredores solidarios” para ayudar a Ucrania a sacar su producción primaria por rutas terrestres y puertos marítimos europeos seguros, antes de que sea demasiado tarde.
Con ese propósito, la diplomacia europea (que solo sabe de derrotas hasta ahora) reiterará su pedido al Kremlin de levantar el asedio de los puertos ucranianos del mar Negro (sobre todo el de Odesa), para permitir la salida de los cereales.
De mal en peor
Kiev afirma que el bloqueo ruso a sus fondeaderos le impide exportar unos 22 mil millones de toneladas de granos lo que contribuye de forma directa en el empeoramiento de la crisis alimentaria global signada por la escasez creciente de alimentos y el encarecimiento de los precios.
Lo que sucede en África es un botón de muestra del trance desgraciado en desarrollo.
El presidente de la Unión Africana (UA), el mandatario senegalés Macky Sall, denunció este martes el enorme impacto que las sanciones europeas contra Rusia tienen sobre la seguridad alimentaria para los pueblos comprendidos en ese continente e instó a la UE a liberar cuanto antes las reservas de cereales bloqueadas en Ucrania.
Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los países africanos –entre los más vulnerables en términos alimentarios– importaron de Ucrania y Rusia el 44 por ciento de los granos que consumieron entre 2018 y 2020.
“Lo peor puede estar aún por venir si la tendencia actual continúa”, advirtió el organismo especializado.
El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) coincide con la conjetura. David Beasley –de él se trata– reiteró su preocupación por la evolución del conflicto en Ucrania y su incidencia nociva cada vez mayor en el acceso a los alimentos para los civiles en las áreas afectadas de manera directa y en las acciones propias de la organización a nivel mundial.
La FAO solicitó fondos por valor de 115,4 millones de dólares para brindar apoyo a casi un millón de pequeños agricultores y medianos productores de Ucrania a diciembre próximo con el fin de aumentar las disponibilidades de alimentos y acceso a ellos. Hasta la fecha, la agencia lleva recaudados apenas 11 millones de dólares.
“Se necesitan de manera urgente más contribuciones para poder proporcionar asistencia a más personas a fin de salvar la campaña agrícola de primavera y apoyar la preparación de la cosecha”, explicó Beasley.
“Nuestros pensamientos están de modo permanente con todos aquellos que se encuentran atrapados en esta crisis y nos hacemos eco del llamamiento del secretario general de la ONU (António Guterrez) para un alto el fuego inmediato”, enfatizó.
Sobre llovido...
Ya antes de la guerra en Ucrania, los precios de los alimentos habían alcanzado un máximo histórico. Eso se debió principalmente a las condiciones del mercado, pero también a los elevados precios de la energía, de los fertilizantes y de todos los demás servicios agrícolas.
Por caso, en marzo de este año, el índice de precios de los alimentos que actualiza la FAO periódicamente registró su mayor incremento en el costo de los aceites vegetales, los cereales y la carne desde su creación, en 1990, según la institución.