Amou Haji es un iraní de 87 años que vive en la inmundicia extrema. El hombre pasa sus días entre la basura, el agua podrida y los animales muertos, su principal fuente de alimento. Además, lleva siete décadas sin bañarse.
Un periódico local publicó su historia en 2014: allí se ganó el apodo del “hombre más sucio del mundo”. Las imágenes de su lamentable aspecto recorrieron el planeta. Cualquiera podría pensar que nadie puede vivir mucho tiempo de esa manera, pero Amou desafía a la ciencia: los médicos están desconcertados por su excelente estado de salud.
Haji vive en Dejgah, en la provincia de Fars, al sur de Irán y cerca del golfo Pérsico. Conociendo que el hombre vivía en las mismas condiciones que hace unos años, especialistas en parasitología lo contactaron este mes y pudieron convencerlo para que se realizara un examen médico general.
El Dr. Gholamreza Molavi, de la Escuela de Salud Pública de Teherán, fue el jefe responsable de los estudios sobre Haji. El experto reconoció estar desconcertado por los resultados: esperaba encontrar enfermedades como Sida y Hepatitis, así como también parásitos y bacterias que pudieran haberse desarrollado en su antihigiénico cuerpo.
Sin embargo, los especialistas no hallaron problema alguno. Apenas Triquinosis, que en el caso de Haji, no presenta síntomas. Se podría decir que, por su edad, el hombre goza de un excelente estado de salud.
Condiciones de vida
Los expertos de la Universidad de Teherán quedaron shockeados tras comprobar los análisis. Es que Haji se alimenta principalmente de animales crudos que murieron atropellados. También bebe agua podrida de latas oxidadas, y cuando no tiene tabaco, fuma heces secas de animales.
Para el Dr. Molavi, todo se explica gracias a que, después de vivir durante décadas entre la suciedad, el sistema inmunológico de Haji se volvió extraordinariamente fuerte.
No obstante, los habitantes de la ciudad donde vive el hombre suelen tratarlo mal e incluso agredirlo por su apariencia. El gobernador de la provincia pidió a los vecinos que dejen al hombre en paz, ya que es un “alma gentil” que “nunca le hizo daño a nadie”.
