"Cuando el comportamiento de una gran masa de individuos cambie, va a producirse un cambio de comportamiento de toda una especie". En esa idea –que proviene de la biología- cree fervientemente la psiquiatra, analista junguiana y activista norteamericana Jean Shinoda Bolem. Y asegura que somos las mujeres las que tenemos la mayor capacidad –potenciando nuestros rasgos más propios en círculos de pares- de encender la onda expansiva del cambio.
A lo largo de sus 82 años, Jean viene impulsando este mensaje y su enorme fe en el "poder femenino" de transformar para bien el mundo con una larga trayectoria: 13 libros publicados traducidos a distintos idiomas (entre ellos Las Diosas de cada mujer) y conferencias en todo el mundo, entre otras actividades. Por primera vez llega a Córdoba y será, precisamente, a aportar su mirada y experiencia en un encuentro de liderazgo femenino: Armós, a realizarse en 31 de octubre y 1 de noviembre en el salón auditorio OSDE (aquí la web oficial del evento).

En ese ese congreso -organizado por Cristina Schwander con apoyo de Musa, La Voz y Universidad Siglo 21- Jean dará una conferencia magistral sobre su obra "Las diosas de cada mujer" (arquetipos femeninos caracterizados a partir de figuras de la mitología griega) y un workshop especial titulado: "Artemisa: el espirítu indómito de cada mujer". Antes de su llegada, dialogamos con ella:
El género parece estar en discusión más que nunca en el mundo occidental, ¿cómo ve este debate? ¿Cree que realmente está ayudando a las mujeres a lograr mayor equidad respecto de los hombres?
Sí, el género está en discusión en el mundo occidental, y definitivamente se trata de una discusión intensa, que se está volviendo viral con el movimiento #metoo en el que las mujeres salen de a millones para afirmar que han sido hostigadas, abusadas y violadas. Este movimiento actual comenzó con el escándalo de Harvey Weinstein (nota: el poderoso productor de Hollywood que está siendo denunciado por violaciones y acoso a decenas de actrices).
Cuando las mujeres hablan y se sienten parte de un movimiento, significa que individualmente han encontrado su voz, la voz del empoderamiento; y la ayuda crece si tienen un círculo de apoyo.
El impulso aumenta y se convierte en un movimiento. Así es como evolucionaron los grupos de concienciación y el feminismo hacia el Movimiento de Mujeres y la Década de las Mujeres en los Estados Unidos, que desde entonces retrocedió y ahora, una vez más, está volviendo a emerger.
La misoginia de Donald Trump, como Presidente del país más poderoso del mundo, es una preocupación global y se teme el modo en que pueda afectar la situación de la mujer en ese país y en otras naciones. ¿Comparte esa preocupación? ¿Qué piensa de esa situación?
La Marcha de Mujeres el 21 de enero de 2017 - un día después de la ceremonia inaugural de la presidencia de Trump- fue el movimiento de protesta internacional más grande del mundo: se trató de la mayor protesta en la historia de Estados Unidos, que se extendió a 673 ciudades en 92 países. Se estima que 5,6 millones de personas marcharon en todo. La idea viajó más rápido que los incendios forestales a través de Internet y movilizó a las mujeres.
Creo que estamos en una encrucijada crítica y que las mujeres lo reconocieron cuando Trump fue elegido. Sus tweets y acciones ejecutivas desde que asumió nos están acercando a la destrucción a través de la guerra y el cambio climático.
Nosotros (la humanidad informada, la humanidad oprimida) estamos estresados. Sin embargo, la respuesta de género tan diferente que se da al estrés muestra cuánta igualdad y empoderamiento necesitamos las mujeres para evitar tomar el camino destructivo. La reacción biológica y psicológica de las mujeres al estrés es “oxitocina + estrógeno = cuidar las crías”, un patrón protector muy opuesto a la respuesta masculina: “adrenalina + testosterona = luchar o huir”.

Lleva mucho tiempo alentando a las mujeres a construir círculos femeninos para lograr que sus derechos se respeten, ¿ve algún progreso en ese sentido?
Los círculos de mujeres se están formando más fácil y más rápido, generando un efecto similar al que tienen los campos mórficos al detonar cambios en la especie humana (Nota: el concepto proviene de la teoría del bioquímico Rupert Sheldrake. En líneas muy generales Jean señala que cuando un número cierto de personas llega a un conocimiento, por efecto contagio este se propagará a la sociedad. De allí entiende que un un número importante de círculos de mujeres puede activar cualidades femeninas que son necesarias para que el mundo cambie.) Me siento muy esperanzada por la proliferación de círculos con un centro espiritual, y por el creciente movimiento de círculos en general.
¿Conoce el movimiento #NIunamenos generado en Argentina? ¿Qué opina de él?
Veo el movimiento #NiUnaMenos como una expresión de las mujeres que se levantan para protestar contra la misoginia y exigen que la violencia contra las mujeres y las niñas se detenga.
Comenzó en Argentina pero se está extendiendo a los países vecinos de Sudamérica y cobrando impulso. Y no sólo moviliza a las mujeres, sino que las empodera. Creo que va a generar un cambio en el vértice del poder, que es lo que sucedió en India en 2014, cuando las mujeres tomaron las calles para protestar por "la cultura de la violación".

Ha reclamado muchos años a las Naciones Unidas la realización de una Quinta Conferencia Mundial sobre la Mujer, ¿aún considera que sería necesaria?
¡Sí! Ahora más que nunca una 5WCW es necesaria. Aceleraría el logro de igualdad y el empoderamiento de las mujeres, de las cuales depende la paz y la sostenibilidad – y en la era Trump quizá hasta la supervivencia de la humanidad toda.
Finalmente, ¿cree todavía que las mujeres pueden cambiar al mundo?
Creo que las mujeres pueden cambiar el mundo terminando con el dominio patriarcal. Los hombres no pueden hacerlo por si mismos, lo que significa que sólo las mujeres pueden.