La “apertura de un camino”. Así definió el ministro Martín Guzmán al acuerdo que logró el Gobierno nacional con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda de más de 44 mil millones de dólares suscripta durante la gestión de Mauricio Macri.
La noticia fue recibida con el mismo alivio que detona aquel volantazo que evita la caída al abismo, o el “salto a la incertidumbre”, como definió el propio Guzmán. El respiro fue especialmente palpable entre el empresariado y se manifestó en la catarata de comunicados y declaraciones de apoyo al acuerdo emitidas por cámaras, por dirigentes y por entidades empresariales nacionales y locales.
Sin embargo, a nadie se le escapa que se trata sólo de haber logrado entrar en el escenario menos malo. El camino por delante es empinado y a marcha lenta, ya que, según lo informado hasta ahora, implica una delicada alquimia entre factores a contramano, al menos en el corto y mediano plazo.
Por caso, reducción del déficit fiscal (llega a cero en 2025) y de la emisión monetaria, pero evitando aplicar un ajuste que llegue a lastimar a la población (Guzmán habló de expansión “moderada” del gasto real) o deje al Gobierno desprovisto de “herramientas para apuntalar” la recuperación de la economía. En medio, queda un territorio angosto y fangoso que demandará, día a día y en cada decisión oficial, destreza para ser transitado con éxito.
El objetivo madre es lograr crecimiento: que exportaciones, inversión y consumo interno tomen la senda ascendente y no la abandonen. Este último es determinante para una economía en la que equivale al 70 por ciento del PIB.
Ecualizar tasas y expectativas
Precisamente en ese sector del mapapor recorrer –el impulso al consumo–, el Gobierno nacional calibra por estos días una de las herramientas de estímulo a las que quiere seguir echando mano: el plan de compra en cuotas con tarjeta Ahora 12. Vigente desde el paso de Axel Kicillof por el Ministerio de Economía, el programa que permite comprar bienes de producción nacional en 3, 6, 12, 18, 24 y hasta 30 cuotas subsidiadas con tarjeta de crédito está próximo a vencer.
El rol de absoluta centralidad que cobró en un contexto de poder adquisitivo diezmado y, sobre todo, de alta inflación (la compra en cuotas con tarjeta adquirió un rol defensivo para el consumidor y se hizo carne) augura su casi segura prórroga.
La Secretaría de Comercio busca preservar su poder de impulso a las ventas, cifrado en más de 944 mil millones de pesos de facturación nacional en 2021; 68,7 mil millones en Córdoba.
El comercio, a través de sus principales entidades de representación nacional, ya rogó por todas las vías posibles su extensión. El anabólico “Ahora” genera el 25 por ciento del total de sus ventas en el país, clama la Cámara Argentina de Comercio y Servicios. Constituye el plan de compra más elegido en un contexto en que el que la tarjeta de crédito cerró el año como el medio de pago elegido en el 45 por ciento de las ventas efectuadas por los comercios cordobeses.
En medio de estas expectativas, están los bancos en plena negociación con Roberto Feletti. Y allí, de nuevo, desequilibrios macro argentinos tensionando la discusión: inflación y tasas de interés negativas. El FMI demanda corregir ambos; Guzmán promete que lo hará, lentamente.
Las bancos pujan por que las tasas de interés nominales anuales del programa se eleven recortando algo de distancia con la inflación (en la versión vigente hasta mañana van del 3,2 al 40,18 por ciento, según el plan); el Gobierno, por su parte, aceptaría llevarlas al 31 por ciento.
Hasta ahora, 2022 promete mantener los estímulos para que la “cuotificación del consumo” tenga cuerda para rato. La práctica avanza, incluso, de la mano de billeteras virtuales y de otras fuentes de financiamiento por fuera de los 8,2 millones de argentinos que son titulares de plásticos tradicionales.
En el proceso, aparecen modelos como el de la fintech cordobesa Gocuotas, que permite a titulares de tarjetas de débito –hay 56,8 millones activas en el país, según datos del Central– cuotificar en hasta cuatro pagos fijos sin interés sus consumos. En 2021, creció 400 por ciento, superando los 300 mil usuarios. Y este año planea superar esos números.
