La tendencia de sumar equipos robóticos parece entrar en una nueva fase en el ecosistema de compañías locales. “Los robots están modificando mucho las posiciones de trabajo. El ámbito industrial es uno de los primeros que está adoptándolo, y creemos que en Córdoba, en los próximos meses, habrá empresas que los van a tener full productivo, trabajando junto con humanos”. Así piensa Sergio Cusmai, fundador de AiphaG, que aplica inteligencia artificial predictiva especializada en industrias.
En su paleta de soluciones acaba de sumar a cuadrúpedos robóticos, también conocidos como perros robot, para tareas específicas en seguridad e higiene industrial.
La decisión la terminó de tomar durante la reciente edición del Mobile World Congress, que se realizó en los primeros días de marzo en Barcelona, donde exploró las prestaciones de los equipos más modernos aplicados a esas funciones.
Por estos días, Cusmai “pasea” por varias industrias a uno de los robots cruadrúpedos. Es una unidad Go1 –tiene fines educativos– que fabrica Unitree Robotics, nombre comercial de la compañía china Hangzhou Yushu Technology.
“Nuestro objetivo es ayudar a que las industrias alcancen el máximo de eficiencia. Hacemos un diagnóstico y lo conectamos con diferentes soluciones, como realidad aumentada, pero también pueden ser robots para higiene y seguridad. Tienen la capacidad de recorrer grandes predios y, por ejemplo, verificar quién tiene los elementos de seguridad colocados y emitir notificaciones para una acción correctiva”, explica.
Ya hay varias compañías haciendo pruebas, y Benito Roggio Ferroindustrial (BRf) será una de las empresas que incorporará este tipo de robots para su complejo en Juárez Celman, donde AiphaG ya interviene en la digitalización de puntos de control.
El equipo será un Go2, que es autónomo, se carga solo y viene con sensores, además de cámaras para mapear el entorno y reconstruirlo en 3D.
“Se lo puede manejar en forma remota e incluso controlarlo con un casco de realidad virtual, hablar a través de él o emitir señales sonoras”, apunta Cusmai.

Hoja de ruta
“A los robots hay que importarlos y nacionalizarlos. Después hay que entrenarlos, porque traen una inteligencia artificial que es general; ese es el aporte de AiphaG. Los entrenamientos demandan entre uno y dos meses”, señala Cusmai.
En la importación interviene Framex, de Mariano Franzosi. Si bien los precios internacionales son competitivos, hay que nacionalizar los equipos (eso suma costos) y establecer márgenes, por lo que el rango de precios finales va de U$S 10 mil a U$S 100 mil, según la unidad.
AiphaG se ha concentrado en cuadrúpedos (en el mercado también está Robots for Humanity, orientada a bípedos o humanoides), “porque en ámbitos industriales son los que se defienden mejor por las irregularidades del terreno que puedan encontrar”.
Pero Cusmai adelantó que, en una alianza con otras compañías, están analizando la creación de un concesionario de robots para ofrecer diferentes equipos y varias marcas, sobre lo cual proyectó: “Creemos que podría estar funcionando alrededor de octubre”.