Confección perfecta, detalles refinados, materiales de altísima calidad e impecable funcionalidad. La estética del “lujo silencioso” entiende que susurrar exclusividad es infinitamente más eficaz que gritarla con un logo reconocible. Así, ha funcionado durante décadas como pilar de sólidas marcas de indumentaria como la italiana Loro Piana.
Esta firma fundada en 1924 es sinónimo de excelencia textil con sus tejidos ultra premium: vicuña, baby cashmere y seda, entre otros. En 2013, fue comprada por el conglomerado francés de lujo LVMH –dueño de una larga lista de marcas como Louis Vuitton o Dior– y de su mano comenzó a ganar visibilidad pero en milimétricas dosis.
“Un 20% de las telas que vende Loro Piana hoy son paños de 2 a 3 metros. Es un indicador de que la demanda de trajes a medida está más viva que nunca en el mundo”, explica Nicolás Pernas, director ejecutivo de GNZ González, la marca argentina de sastrería premiun que llegó a Córdoba con un local en Córdoba Shopping. Entre sus diferenciales, GNZ ofrece en su servicio de confección de trajes a medida la posibilidad de elegir telas del catálogo de la italiana; una propuesta en total sintonía con el concepto de lujo silencioso.
Un ambo confeccionado por algunos de los 20 sastres de GNZ en ese material importado de alta calidad vale hasta U$S 4.000 dólares y demanda 90 días. “En Europa algo similar puede crecer a los U$S 15.000”, aclara Pernas, quien junto a su padre Alejandro (CEO de la firma), compraron en 1999 este negocio centenario gestionado durante dos generaciones por los González, sastres porteños emblemáticos.

Desde entonces, trabajaron en renovarlo con el cuidado de no tocar su capital central: la sastrería premiun. Rodearon ese core con una propuesta de prendas terminadas de producción industrial de alta calidad que les permite ampliar el rango de precios, ganar escala e incluir a la mujer (5% a 8% de su producción). Y renovaron la imagen de la marca apostando a la idea de continuidad: el rostro de “Lagado”, la reciente colección invierno que presentaron en Córdoba Shopping, es el actor Ricardo “Chino” Darín.
En paralelo, fueron haciendo crecer la red de sucursales de GNZ. Ese es el marco desembarcaron en Córdoba con su boutique 11, y la tercera fuera de Buenos Aires luego de las de Santa Fe y Santiago del Estero.
El local ofrece la colección de GNZ masculina y femenina (trajes, camisas, abrigos y otras), y el servicio de sastrería. Un traje masculino a medida cuesta desde, aproximadamente, $ 2,5 millones y tal como se dijo puede superar los $ 4 millones si se usan géneros importados de máxima calidad. La oferta de trajes ya confeccionados de manera industrial (colección) arranca en $ 700.000.
“Tenemos líneas elegante sport y casual look, siempre manteniendo el foco en un diseño diferencial, materias primas nobles de la más alta calidad y un proceso productivo en el cual la tecnología y el arte de nuestros expertos sastres se combina para ofrecer piezas únicas”, puntualizan desde la marca.
GNZ también cerró una alianza con la marca de sastrería italiana Tombolini para traer sus productos a la Argentina con la etiqueta Tombolini for GNZ.
3.200 sacos al mes
Buena parte del encanto y longevidad de la sastrería que crearon Coco y Nito González en Buenos Aires se explica porque junto a la confección perfecta, su taller entregaba a la cartera de clientes una experiencia de disfrute y pertenencia.
Los Pernas entienden que es importante mantener esa atmósfera encarnada en el ambiente de sus boutiques –con detalles como whisky y chocolates Ferrero Rocher en los probadores– y en el entrenamiento de su personal.
La familia tiene años de experiencia en el sector textil, y se vinculó a los González como proveedora; para tiempo después adquirir su negocio.
“Coco González, segunda generación, estaba ya grande y no tenía en quien delegar el negocio. Allí lo tomamos nosotros porque es un testimonio de talento, dedicación, pasión y profesionalismo que logró obtener el más alto posicionamiento en Argentina y a nivel internacional”, señala Alejandro Pernas.

“En la industria de la sastrería somos líderes”, agrega su hijo. En Buenos Aires, la familia tiene una fábrica con capacidad de producir 3.200 sacos, 2.800 pantalones y 2.000 camisas mensuales. Fabrican para su marca y para terceras que prefieren no revelar. A la vez, operan locales franquiciados de algunas de ellas. Toda la actividad de la empresa se realiza bajo la razón social Confecciones Seman.
La propuesta de GNZ apunta a un público de poder adquisitivo; una demanda no completamente indemne al actual cuadro económico, pero muchos menos expuesta que los sectores del resto de la pirámide. A la vez, la oferta de hasta 12 cuotas sin interés colabora como palanca.
Lo que sí preocupa a los Pernas es la apertura exportadora encarada por la gestión nacional. “La avanzada de importaciones es problemática porque, por ejemplo, nosotros tenemos costos salariales de 1.700 dólares, si tenemos que competir con fabricantes que los tienen en U$S 400 o U$S 500... ¿cómo se hace?”; analiza Alejandro. Y agrega: “También estamos importando. Claro que, tal como siempre lo hemos hecho, le buscaremos la vuelta. Debemos sostener una estructura industrial y comercial de 200 personas. Pero sería importante que la apertura se realice considerando todo esto”.