La línea de fabricación de las camionetas Nissan Frontier y Renault Alaskan en Córdoba, que suspendió sus actividades de este lunes y martes por la falta de neumáticos, podría retomar la producción este miércoles. Pero hasta este lunes a última hora no había certezas.
La causa está ligada a un conflicto cada vez más difícil de resolver en Buenos Aires entre el Sindicato Único de los Trabajadores del Neumático (Sutna) y la Cámara de la Industria del Neumático.
En el marco de las negociaciones salariales, el gremio exige una recomposición salarial progresiva y el pago de las horas extras, los fines de semana, al 200 por ciento del sueldo de un día de lunes a viernes.
Esto es rechazado por las empresas, ya que se trata de una industria que trabaja los siete días de la semana y cuyos costos son 25 por ciento superiores a las empresas competidoras de Brasil. Si aceptaran este reclamo, quedarían sin competitividad.
La cámara propone 66 por ciento de aumento para el período entre julio 2021 y junio 2022, más un bono anual para los que trabajen los domingos.
Esto fue rechazado por el Sutna, lo cual derivó en paros y en esquemas de trabajo discontinuos en los últimos 15 días en las principales fabricantes: Fate, Bridgestone y Pirelli. El resultado es que los stocks de neumáticos en las terminales automotrices se redujeron al mínimo.
La semana pasada, la fábrica Santa Isabel de esta ciudad, donde se fabrican las pick ups, puso a todo su equipo de logística para sostener la producción, pero el stock no alcanzó para esta semana.
El área trabajaba ahora a destajo para retomar la producción este miércoles, pero hasta este lunes a última hora no había certezas, por lo cual recién este martes se confirmará cuándo volverán a fabricar camionetas.
Temor en la cadena
El gran temor en toda la cadena automotriz, que incluye desde las terminales hasta las autopartistas, es que este conflicto se estire en el tiempo, ya que, cuando una línea de fabricación para, sus proveedores también deben frenar.
Estas camionetas tienen entre 33 y 34 por ciento de componentes locales, con lo cual el conflicto impacta en varias empresas. De hecho, se estima que este paro afecta a por lo menos 15 autopartistas de manera directa.
“Esto es una cadena de valor. Si la resolución de este conflicto va a durar mucho tiempo, terminará afectando a todas las automotrices y por lo tanto a los proveedores”, advierte Ramón Ramírez, tesorero de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba (CIMCC).
Además, tendrá consecuencias también en las exportaciones, uno de los grandes motores del crecimiento de esta industria; las ventas de vehículos al exterior, en los primeros cinco meses crecieron 27 por ciento respecto del mismo período de 2021, según datos de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa). No sólo se frena la salida de unidades; si esto se resuelve con un aumento importante en lo salarial, terminará subiendo costos y bajando la competitividad de los vehículos argentinos.
“Hoy la competitividad argentina frente a Brasil es menor”, advierte Juan Cantarella, gerente general de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (Afac).
El temor de las entidades industriales es que, si los empresarios del neumático ceden ante la presión de pagar los fines de semana el 200 por ciento de la remuneración de un día normal, se produzca un efecto cascada en el resto de las fábricas, lo cual las dejaría sin posibilidades de competir en los mercados regionales.
A esto se suman los problemas que tiene toda la cadena para importar componentes que no se fabrican en el país, no sólo por la escasez de dólares que tiene el Banco Central de la República Argentina (BCRA), sino también porque la falta de gasoil hace que algunas transportistas de carga brasileñas estén reduciendo sus viajes a la Argentina.
