El comercio opera en la actualidad con los niveles más bajos de rentabilidad de la época reciente, resultado de una coyuntura que obligó al sector a dar un “volantazo” para sostener las ventas y asegurar su supervivencia.
El contexto es conocido. Para frenar la inflación y controlar el dólar, el Gobierno viene aplicando un apretón monetario que implica secar de pesos la economía y mantener estable el tipo de cambio.
A esto se suma la apertura de la importación para contener los precios de la producción nacional, lo que trastocó el movimiento de los mercados, con más presencia de productos de China.
También cambió el panorama en los ingresos de los consumidores. No sólo hubo un achique de los salarios en términos reales; además, las familias destinan una parte mayor de sus ingresos al pago de servicios y achica los gastos destinados al consumo.
La semana pasada, al participar en el reciente Forum Pyme 2025, realizado por la Cámara Argentina de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (MPM) en Córdoba, Guillermo Oliveto, presidente de la Consultora W, alertó sobre una caída del 33% del consumo per cápita en el país entre 2011 y 2024.
La restricción de gastos impacta especialmente en los gastos de rubros como indumentaria, mayoristas, autoservicios, supermercados y medicamentos.
Este combo obligó a los negocios a disminuir los márgenes de rentabilidad, incluso hasta llegar a pasar momentos de trabajo a pérdida.
Las ventas, en caída libre
El tema no es menor si se tiene en cuenta el peso específico que tiene el comercio en la economía de Córdoba.
El estudio “Radiografía del Comercio y los Servicios”, realizado por la Cámara de Comercio de Córdoba (CCC), reveló que el sector lidera en la provincia en tres indicadores clave:
En la actividad económica. En el producto bruto geográfico (PBG), el comercio representa el 39,6% del total, seguido por el agro, con 22,6%; la industria, con 14,1%, y el resto de las actividades (construcción, administración pública, intermediación financiera, enseñanza, servicios sociales y de salud, entre otros) con 23,7%.
En el empleo. En puestos de trabajo registrados en el sector privado también lidera con 45,9% (254.456 puestos), mientras que la industria llega a 20,5%; el agro a 6,1% y el resto a 27,5%.
En cantidad de empresas. El sector comercial también concentra el 58,1% de la cantidad total de compañías en Córdoba (33.786), precediendo a la industria, con 10,1%; al agro, con 15,1%, y el resto, con 16,7%.
El estudio de la CCC muestra además que la evolución interanual de las ventas entre 2023 y 2024 registró caídas continuas entre enero y octubre; la mayor se registró en abril, con -26,20%.
En tanto, la evolución interanual entre 2024 y 2025 sólo tuvo leves subas en enero, febrero y marzo y desplomes entre abril y octubre (la mayor caída fue en septiembre, con -10%).
Sebastián Parra, presidente de la CCC, fue contundente: “Los comerciantes de Córdoba hacen un gran esfuerzo de rentabilidad para mantener su negocio vivo”.
Un problema transversal
Parra presentó el informe la semana pasada acompañado de los representantes de distintos rubros comerciales.
Desde el supermercadismo, el dirigente Darío Brasca graficó de esta manera la situación: “Hoy las ventas están 2,8% a 3% por debajo del año pasado, pero el año pasado el sector ya había registrado una caída de 17,5% a 18% en relación a 2023”.
También añadió que, en el último año, los valores de los productos que vende un supermercado en promedio subieron 21%, por lo que el sector trabaja con rentabilidad cero, debido a que en la actualidad la competencia es por precio.
Fernando Garin, de Garin Pinturerías y presidente de la Cámara Argentina de Pinturerías (Capin), confirmó que en este rubro “la rentabilidad también es negativa; sacrificamos la rentabilidad para sostener las ventas. Desde enero de 2024 hasta la actualidad los precios subieron 24%, pero la inflación fue mucho mayor”.
A su turno, Ricardo Morelli, protesorero de la CCC en representación de los ferreteros, contó que “la actividad en las ferreterías minoristas está planchada; lo único que se vende es todo lo relacionado con la seguridad”.
Agregó que la mayoría de las ferreterías subsiste bajando la rentabilidad, aunque el problema es que, de este modo, los negocios chicos se van descapitalizando.
“El mercado de los repuestos está conformado en un 70% por productos chinos, 20% por otros destinos asiáticos (principalmente Taiwán) y el 10% por destinos occidentales. El principal problema es que el Gobierno reformó la Ley de Desarmaderos; hasta ahora, de un coche con algún siniestro se podían tomar 30 repuestos; ahora se pueden tomar 150. Esto puede incentivar el robo de vehículos y el mercado negro”, advirtió Fabián Servetto, representante del mercado repuestero en la entidad.
Los desafíos de cara al futuro
Enrique Umbert, referente de la MPM, aportó que las pymes argentinas están en un punto de inflexión histórico y que el principal desafío no es solamente comercial o tecnológico, sino institucional y estructural.
Por ello, reclamó reformas de fondo en materia impositiva, laboral y financiera para transformar a la pyme de sobreviviente en inversora.
“Los márgenes de rentabilidad de las pymes argentinas vienen deteriorados desde hace varios años, pero lo más preocupante fue el último semestre, cuando se combinó caída del consumo, recesión y alta presión de costos”, resumió.
Según Umbert, la rentabilidad es la base de todo, ya que condiciona la reinversión y, en un efecto dominó, también la productividad y la competitividad.
Además, previno que estos márgenes deprimidos afectan directamente el acceso al crédito, ya que las empresas con balances débiles son menos financiables, incluso aunque bajen las tasas de interés.
“Si bien existen sectores que muestran mejores resultados (energía, economía del conocimiento y exportadores), son la minoría. La gran masa pyme sigue con rentabilidades ajustadas y alta vulnerabilidad”, dijo.
En cuanto a pronóstico de ventas para los próximos 12 meses, el estudio de la CCC evidencia expectativas divididas: 38% cree que mejorarán, 37% opina que se mantendrán iguales y 14% que empeorarán.
A su vez, un 51% de los consultados considera que su negocio deberá afrontar amenazas y retos en el corto y mediano plazo, entre ellos la inestabilidad económica y la recesión (22%); la caída de ventas y el bajo consumo (21%); la competencia desleal (15%) y la carga impositiva (12%).
Fuerte reclamo para bajar la presión impositiva
El estudio de la CCC, para el que se consultó a 417 empresas de Córdoba Capital, identificó un reclamo mayoritario: la reducción de la presión fiscal.
En cuanto a los apoyos prioritarios que son necesarios para fortalecer la actividad comercial, el 70% de los empresarios menciona una baja de la carga impositiva, muy por encima del acceso al financiamiento (50%), la promoción del consumo local (41%) y el control de la informalidad (37%).
El clima de alerta tiene una causa: el sector está perdiendo empresas más rápido que el resto del país.
Entre los tres problemas más candentes, los encuestados señalan la mencionada carga impositiva (57%), la caída del consumo (57%), la competencia desleal (32%) y la rentabilidad (29%).
Mientras tanto, la CCC se encuentra trabajando junto con el Gobierno de la Provincia en un Régimen de Promoción Comercial que podría abordar el espinoso tema fiscal.
En relación a los planes de crecimiento, el relevamiento puntualiza que existe más intención de invertir en capital (42% de los consultados tiene planes de inversión) que en capital humano (solo el 28% planea contratar nuevos empleados).
“El sector privado está en pausa activa. No es falta de voluntad de invertir; es espera de reglas claras y duraderas. Las pymes no piden privilegios: piden previsibilidad, simplificación tributaria, menor litigiosidad laboral y acceso a crédito razonable”, aporta Umbert.
Respecto de la estrategia con miras a 2026, habla de desarrollar la competitividad endógena, es decir, enfocarse en las variables que la empresa sí puede controlar, independientemente del contexto macroeconómico.
En este sentido, el referente de MPM vaticina que las pymes que sobrevivirán y crecerán son las que trabajen en mejorar su modelo de negocio, optimizar su estructura de costos, profesionalizar la gestión, innovar en procesos y servicios, invertir en capital humano y digitalizar la operatoria.
Según Umbert, el desafío no solo pasa por vender más, sino también por producir mejor, con mayor eficiencia y margen.
“En un contexto argentino crónicamente volátil, la única competitividad sostenible es la interna. Las empresas que esperen el contexto perfecto van a quedar fuera del mercado”, grafica.
A su turno, Francisco Vaccaro, en representación del Foro Productivo de la Zona Norte (FPZN), manifiesta que en la actualidad el crédito es muy necesario, en vista de que la perspectiva hacia adelante es muy buena en la medida en que la sociedad argentina empiece a demandar vivienda e infraestructura.
“Hoy mi negocio está trabajando con la rentabilidad mínima, porque yo tengo una división industrial que me permite sostener mi empresa. Pero a futuro, la tendencia es prometedora porque desde este nivel actual se puede esperar una reactivación”, añade.
Sebastián Paesani, representante del rubro ópticas, asegura que la actividad de estos negocios está afectada por los altos niveles de la tasa de interés, precios bajos y una rentabilidad mínima.
“Hoy el mercado está conformado por 15 fabricantes grandes y una gran cantidad de pymes. La competencia viene de China, a cuya importación se le aplica como medida antidumping una tasa de 154%, pero esto se termina en noviembre de 2026 y ahí habrá que ver cómo sigue”, insiste Paesani.
