Banco de Alimentos Córdoba es una fundación que se dedica a recolectar alimentos en condiciones de ser consumidor pero que van quedando fuera del circuito comercial; los selecciona, los organiza y los deriva a unos 560 comedores, merenderos y otras organizaciones de 268 barrios de la ciudad y de 16 localidades del interior. En total, da de comer a 87.500 personas, el 88%, menores de 14 años.
La entidad con base en el Mercado de Abasto Municipal de Córdoba transcurrió 2024 con serias dificultades. Ante la caída del consumo, de la industria y del comercio, redujo sus programas de producción y compra, por lo que hubo semanas en que no recibió mercadería.
En 2023, la fundación reubicó dos millones de kilos de alimentos, por lo cual el objetivo para este año era superar esa cifra. Al cierre de octubre, ya había procesado más de 2,3 millones de kilos.
Banco de Alimentos Córdoba trabaja regularmente con más de un centenar de empresas. El 85% de los kilos recuperados provienen de la industria alimentaria; el 3%, de productores agrícolas; el 2%, de supermercados, y el 8%, de intercambios.
Hay compañías que son donantes de alimentos, como Coca-Cola, Arcor, Georgalos y Manfrey, entre otros. Hay mercadería que, por golpes o porque se acerca la fecha de vencimiento, se retira de la venta. La proyección global indica que por esto se pierde 30% de los alimentos producidos en el mundo; en Argentina, la estimación es que se pierden 16 millones de toneladas al año, lo que equivale a un 12,5% de la producción anual.
Pero, además, están las empresas colaboradoras, entre las que se cuentan Promedon, Aguas Cordobesas y Naranja X, entre otras.
Entre empresas y comercios que patrocinan programas y actividades, hasta octubre la entidad recaudó $18,4 millones. Además, se hicieron subastas de arte, con donaciones de más de 30 artistas, con las que se recaudaron $ 38 millones.
Una de estas actividades fue la colecta Copate, que recolectó 53 mil litros de leche, el producto más difícil de recuperar (por los tiempos de vencimiento), pero el más demandado por las organizaciones sociales.
Estos datos se presentaron este jueves en un desayuno de Banco de Alimentos con las empresas donantes y colaboradoras, donde se advirtió la necesidad de incrementar los volúmenes de alimentos recuperados, ya que el Gran Córdoba registra una pobreza del 49,5%. Tiene 51 organizaciones en lista de espera para recibir insumos.
“El balance de este 2024 es positivo, a pesar de haber tenido semanas críticas, en las que no nos llegaban donaciones. Las organizaciones cada vez incrementan más sus necesidades”, resaltó Eugenia Silva, directora ejecutiva de la fundación.
Voluntariado
La entidad es parte de la Red Argentina de Bancos de Alimentos, que en el país tiene 23 organizaciones, y de la Global Foodbanking Network a nivel nacional e internacional.
En Córdoba, está desde hace 22 años. Cuenta con un staff permanente de menos de una veintena de personas. La mayor parte del trabajo lo hacen voluntarios que donan su tiempo para clasificar los alimentos y preparar los pedidos para comedores y merenderos. Hasta octubre, se hicieron 11.300 horas de voluntariados, de las cuales participaron empleados de empresas, estudiantes que hacen allí su pasantía y personas que deben realizar trabajos comunitarios.
Silva comenzó siendo voluntaria y hoy es la cabeza visible de la organización. “El Banco de Alimentos necesita sumar más aliados que nos permitan ofrecer más cantidad de alimentos, sobre todo productos que tengan alto valor nutricional para ofrecer una dieta lo más variada posible. Necesitamos traccionar a la industria, al comercio y al agro. Sin este ecosistema, es muy difícil poner un plato de comida en cada niño o persona que sufre inseguridad alimentaria”.
En su sede del Mercado de Abasto, tiene dos depósitos: uno de almacenamiento y uno de clasificación y fraccionamiento de alimentos de 1.200 m2 en total. Allí tiene reefers (contenedor refrigerado) y una cámara de frío con capacidad para 40 posiciones de almacenamiento de alimentos refrigerados y congelados.
La fundación cordobesa trabaja bajo la norma 324:2010 de buenas prácticas de manufactura (BPM), con certificación de Iram Argentina, y actualmente está en proceso de certificar normas ISO 9001 para profesionalizar la gestión y el trabajo.
Además de entregar alimentos, hace campañas de capacitación en el tratamiento de alimentos y formación gastronómica en general, como también en habilidades blandas (gestión, manejo de emociones, etcétera) para los integrantes de comedores y merenderos.
En este marco, puso en funcionamiento la Cocina Escuela Solidaria, un lugar dentro de su sede donde hará actividades de capacitación y fortalecimiento de las organizaciones.
Al respecto, Silva dijo: “La idea es empoderar a las referentes que están en el territorio. A través de programas de capacitación, impulsamos que puedan generarse mejoras continuas para hacer más eficiente el trabajo que hacen todos los días”.