“Podría estar en mi casa como jubilado, pero me siguen gustando los proyectos y los desafíos”. De este modo explica Juan Carlos Conci, de 72 años, su elección de permanecer al frente del Grupo Conci, una compañía con más de 40 años de trayectoria y que hoy dirige junto a sus hijos Eric, Emiliano y Gisela.
Nacido en Colonia Tirolesa y de padre productor agropecuario, Conci vino a la ciudad de Córdoba, más precisamente a la casa de sus abuelos, para cursar el secundario, ya que por entonces no había en la zona ningún establecimiento de enseñanza media.
Más tarde siguió sus estudios en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), donde se recibió de ingeniero electricista.
Sin embargo, nunca llegó a ejercer esa profesión porque en 1982 se topó con Macario Carrizo, un ya fallecido dirigente de la Unión Cívica Radical (UCR) y su destino quedó sellado.
–¿Desde chico le interesaba el mundo de la maquinaria?
–Para nada. Yo quería ser ingeniero eléctrico y por eso seguí esa carrera en la universidad. Siempre me gustaron los números y, debido a que no soy muy abierto, me parecía que mi perfil iba a dar más para la ingeniería. Pero bueno, la vida te termina llevando por otros rumbos.
–¿Cómo comenzó lo que hoy es el Grupo Conci?
–Allá por 1982, cuando todavía no había encontrado ningún trabajo como ingeniero electricista, me encontré un día con Macario Carrizo, quien de buenas a primeras me ofreció venderme parte del negocio que tenía por entonces, dedicado a la venta de cosechadoras, semillas y acopio. En concreto, don Macario quería dedicarse a la política junto a un amigo, el exgobernador Eduardo Angeloz, y, por lo tanto, su plan era retener sólo el negocio del acopio y vender todo lo demás. Eso fue lo que me ofreció.
–¿Cuál fue su reacción?
–Me quedé descolocado (risas). Pero lo consulté con mi familia y especialmente con mi viejo, quien era el que tenía que poner la plata. En poco tiempo, llegamos a un acuerdo con don Macario, y en el mismo año 1982 ya funcionaba Conci. Fue un proyecto que llevamos adelante junto a mi hermano por más de 10 años. Hasta que en el ´95 cada uno decidió avanzar por un camino diferente.
–¿Cómo era la actividad en aquellos tiempos?
–Al comienzo estuve en distintas oficinas de la ciudad de Córdoba, pero, lógicamente, una oficina no es el lugar ideal para mostrar la maquinaria que vendía por entonces. Fue así que comencé a buscar un terreno más apropiado, hasta que encontré uno de seis hectáreas y media a la altura del 6.500 de la avenida Juan B. Justo, donde actualmente funciona la empresa. Al principio, no me animaba a preguntar el precio de ese predio porque pensaba que iba a ser imposible de pagar. Pero un día tomé coraje y llamé al dueño, y por sorpresa me pidió un monto que era muchísimo más bajo de lo que yo creía. Una vez más, mi viejo me apoyó y pude adquirir el terreno.
–Los retos deben haber sido muchos.
–Los desafíos en un país como la Argentina, donde las condiciones cambian muy a menudo, no son pocos. Mantenerse a flote en un contexto de ese tipo no es fácil. Aun así, pudimos prosperar.
–¿En ese momento empezó a vincularse con John Deere?
–En una primera instancia, en el terreno nuevo que había adquirido vendía implementos solamente. Pero había mucho lugar. Entonces surgió la idea de vender también algo más. A mí me gustaban mucho los tractores y las cosechadoras, por lo que empezamos una negociación con Massey Ferguson que no llegó a buen término. Poco después, siempre con un poquito de suerte, un amigo me sugirió probar con John Deere y me presentó un conocido que tenía en esa empresa.
–¿Qué pasó luego?
–Estuvimos negociando durante nueve meses. Afortunadamente, todo salió bien y nos adjudicaron la representación en 1992. Creo que ese fue el logro más grande que tuve como empresa.
–Fue estar en el momento y en el lugar adecuado.
–Exacto. John Deere, desde 1982 y durante 10 años apostó por el país, pero con una estructura más pequeña. En 1992 decidió ampliar su operación y abrir nuevas concesionarias, y ahí estábamos nosotros, en el momento preciso.
–¿Cómo ha sido la relación con John Deere desde entonces?
–Muy buena, sin dudas. A mí no me gustan las segundas marcas y tener a John Deere, que es una empresa líder, es un orgullo. También es muy exigente, porque permanentemente te van instruyendo, te van ayudando y te van desafiando con innovaciones.
–Grupo Conci también se diversificó, ¿verdad?
–Correcto. En primer lugar, como John Deere quiere tener una cuenta única, Conci SA se independizó y se dedicó solamente a esa empresa. En este rubro tenemos maquinarias, servicios y repuestos. Cada máquina que se vende está conectada a un centro de soluciones y es monitoreada permanentemente. Es decir, si la máquina sufre un incidente nos salta una alerta. Por otra parte, se creó el área de venta de semillas y agroinsumos bajo la órbita de Conci SRL. En este marco, hace pocos días, en la localidad de Pilar, donde tenemos una sucursal, inauguramos un depósito de categoría premium y aprobado por la Casafe (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes).

–También incursionaron en la venta de neumáticos y el riego.
–Sí. Esas actividades las llevamos a cabo con Conci Desarrollo SA, la empresa más nueva. Se trata de la venta de neumáticos Michelin y el riego. En este último caso ofrecemos sistemas de riego por goteo subterráneo (con el aval de la marca Rivulis) adaptados a las necesidades del productor.
–Además, el grupo tiene una cuarta empresa, ¿no?
–Claro, Agropecuaria Las Marías, que se dedica a la agricultura y la ganadería. Tenemos campos propios y arrendados, ubicados en las provincias de Córdoba, Santiago del Estero y Buenos Aires. En agricultura cultivamos soja, maíz y trigo. En ganadería hacemos foco en la cría, recría y feedlot.
–¿Cómo encararon el desafío del recambio generacional?
–Por suerte, de forma excelente. Mis hijos, Eric, Emiliano y Gisela, están en la empresa desde que se recibieron y hoy ejercen como directores. Por supuesto, somos cuatro personas, cada una con su personalidad y a veces hay cosas en las que no coincidimos. Pero todo se discute con el objetivo de seguir yendo para adelante, no queda otra.
–¿Con cuántas sucursales cuentan en la actualidad?
–Tenemos cinco. Tres propias, en Córdoba capital, Sinsacate y Pilar, y dos alquiladas, en Arroyito y Santa Rosa de Río Primero. En esta última localidad estamos remodelando completamente el local para que la sucursal sea mucho más cómoda, ya que nos había quedado chica. Además, estamos trabajando para abrir un local nuevo en Villa Dolores, que sería el sexto y del cual ya tenemos los planos. En seis u ocho meses tenemos que tener lista esa sucursal.
–También están en obras en la sucursal de la Capital, ¿verdad?
–En efecto. La ampliación de distintos departamentos nos impulsó a remodelar y agrandar las dependencias. Estimo que las obras se van a extender hasta fines del año que viene.
–¿Cuál es hoy el principal desafío del Grupo Conci?
–Tenemos que trabajar mucho en reducir costos. El cambio que dio el Gobierno, con políticas que dieron un giro de 180 grados, nos ha focalizado en ser más eficientes. Es muy importante mejorar los costos porque los márgenes se redujeron. En este contexto, aplicar la inteligencia artificial y de mercado va a ser fundamental para optimizar los procesos.
–Veo que también apuestan a la sustentabilidad.
–Trabajamos mucho con paneles solares, los cuales están ubicados en tres de nuestras sucursales. Además, le damos mucha importancia al reciclaje y hemos avanzado de manera considerable en la medición de la huella de carbono, tarea en la que ya llevamos dos años. También realizamos acciones de concientización en colegios, principalmente primarios. Contamos además con la certificación de las Normas ISO 14.001 de Calidad y Medio Ambiente y las ISO 9.001, que avalan los procesos operativos.
–La agricultura es muy susceptible en esta cuestión.
–Precisamente, estamos en camino de conseguir el estándar de agricultura certificada. Nuestra meta es asegurar este logro antes de que termine 2025. Otra acción importante es la forestación en los campos propios.
–¿Cómo se incorporan los avances tecnológicos?
–En lo que es la tecnología de John Deere, la aplicamos a nuestra producción, tanto para mostrarle al cliente de qué se trata como para saber cómo funciona y tener argumentos sustentables a la hora de hablar del tema. Por lo demás, contamos con un departamento de datos con el cual nos mantenemos al día con las innovaciones. Es una carrera bastante difícil, pero sabemos que por ahí va la cosa y, en definitiva, no te podés dormir en materia de tecnología.
–A esta edad, podría estar jubilado, ¿por qué sigue trabajando?
–Tengo mis particularidades, no soy muy de los deportes o los hobbies. A mí me gustan los proyectos y estar con los clientes. Eso es lo que me motiva. También me pasa con los viajes, si estoy afuera más de 15 días, me quiero volver. ¿Qué es lo que ocurre? Me encanta desarrollar procesos nuevos y por eso estoy acá todavía.
Electricista y entusiasta del trabajo
Nombre. Juan Carlos Conci.
Edad. 72.
Hijos. Eric, Emiliano y Gisela.
Le gusta. Desarrollar proyectos nuevos y realizar viajes “no muy largos”.
Profesión. Ingeniero electricista.
Cargo. Director y fundador del Grupo Conci.
Colaboradores. Aproximadamente 250.
Teléfonos. 351 217-5220 / 0810-777-6666.
E-mail. conci@conci.com.ar
Web. www.conci.com.ar