Desde el próximo lunes, las bolsas de cemento Holcim sumarán a sus tradicionales colores rojo y negro, el verde y el azul. No es un simple cambio estético; la compañía quiere dejar de ser una cementera y convertirse en una proveedora de soluciones para la construcción de viviendas, con iniciativas sustentables. Como parte de esta diversificación, está invirtiendo 40 millones de dólares.
Cinco millones de dólares será para armar en su predio de Malagueño una nave de dos mil metros cuadrados y fabricar 12 mil toneladas anuales de su mortero Tector (pegamento para cerámicos), cuya producción hasta ahora la tenía tercerizada.
Ubicada al lado de su nave de despacho de cementos, esta planta sumará 30 nuevos empleados. Tendrá áreas de producción, paletizado y despacho para todo el país y estará lista a fin de año, “si no hay problemas con la importación”, ya que la tecnología viene de España.
El anuncio lo hizo este jueves el CEO de Holcim Argentina, Christian Dedeu, al presentar la nueva identidad corporativa, sobre lo cual dijo: “Esta refundación apunta a convertirse en una empresa de soluciones para la construcción que sean amigables con el medio ambiente. Estamos abiertos a adquisiciones sobre todo en el rubro de obra gris (productos para cimientos o paredes, por ejemplo) aunque no estamos cerrados a ningún rubro; estamos en etapa de prospección”.
Para esto, tiene previsto otros cinco millones de dólares.
Como parte de su diversificación, ya sumó además la línea de impermeabilizantes para techo GacoFlex (también tercerizado y que en algún futuro podría asumir la fabricación propia); cambió la marca de la tradicional Hercal (de Minetti, compañía que compró en 1998) a Maestro y sumó una línea de hormigón EcoPact que tiene 40 por ciento menos de emisión de dióxido de carbono.
A su máxima capacidad
La planta de Malagueño, que produce 1,5 millones de toneladas anuales, trabaja actualmente al tope de su capacidad, en parte por la alta demanda y además porque tuvo paradas técnicas y ahora debe recomponer stock.
“En el primer semestre, la demanda de cemento en el país creció 11 por ciento, impulsada principalmente por la obra privada, algo menos por las obras públicas pequeñas y también por un efecto en la gente de resguardo de valor ante la inflación”, explicó.
Con una participación de un tercio del mercado nacional, Holcim facturó el año pasado 30 mil millones de pesos, cifra que en dólares es cinco por ciento mayor que en 2019. Para este año, proyecta otro salto de siete a ocho por ciento respecto a 2021.
Holcim tiene más de mil empleados directos y más de dos mil indirectos. Cuenta con fábricas en Malagueño, Puesto Viejo (Jujuy), Capdeville (Mendoza) y una planta de molienda de clinker (el material con que se hace el cemento) en Campana (provincia de Buenos Aires). En la mejora productiva, la firma invertirá otros 15 millones de dólares.
En materia de sustentabilidad, el grupo logró que 45 por ciento de su consumo de energía sea de fuentes renovables y quiere llegar a 60 por ciento en el primer trimestre de 2023.
Además, quiere replicar en Jujuy y Mendoza la tarea de Geocycle, que en Malagueño procesa 140 mil toneladas de residuos secos (un equivalente a 18 canchas de fútbol) para utilizarlos para la producción. En Córdoba, el 15 por ciento de la energía térmica procede de fuentes alternativas como este tipo de residuos.
Para elevar la capacidad de procesamiento, pondrá otros 15 millones de dólares, cifra que incluye los proyectos ya anunciados en Piedras Blancas para separar residuos.
La firma importa por 50 millones de dólares, principalmente insumos y repuestos para la planta y coque para alimentar el horno cuando se corta el gas natural. Desde Malagueño, exporta a Paraguay 70 mil toneladas por año, algo poco rentable por el costo de transportar cemento.
Estas inversiones se suman a la ampliación de Malagueño en 2021, donde puso 120 millones de dólares.
Qué significa la nueva imagen
La nueva identidad de Holcim surgió del trabajo de un grupo de empleados de distintas plantas en el mundo.
La letra H de Holcim está rodeada por un símbolo que representa el infinito, siguiendo la idea de las posibilidades infinitas de crecimiento que tiene la compañía al apuntar a distintas soluciones para la construcción.
Los colores verde y azul representan su apuesta por la sustentabilidad y el medio ambiente. Pero también se refiere a la variedad de productos, en su búsqueda de apuntar a todo lo relacionado con la vivienda: como base, parte del verde del cemento, y llega hasta el azul del cielo, donde enfoca el techo (actualmente tiene impermeabilizantes).
Holcim está en 70 países, tiene 70 mil empleados y factura cerca de 27 mil millones de dólares.
