La irrupción de la gripe aviar en el país, pero principalmente las olas de calor registradas durante marzo, más las subas generalizadas de precios por la inflación por los costos de alimentación, son algunas de las razones que encuentran las granjas productoras para justificar el fuerte aumento que ha tenido el pollo en los últimos días.
Mientras tanto, la caída en la producción, en especial en las granjas de Buenos Aires, hace que la presión sobre la oferta impacte en los precios mayoristas.
El precio del kilo de pollo sigue subiendo
En Córdoba, esos aumentos en el sector mayorista llegan hasta el 200% en los últimos 45 días, a un ritmo de hasta tres actualizaciones por semana.
“Es imposible no trasladarlos al mostrador”, aseguran a Agrovoz desde el canal minorista.
Según información del Servicios Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, hasta el 27 de marzo se habían registrado en el país ocho casos de influenza en granjas comerciales: tres de ponedoras (producción de huevos), tres de parrilleros (producción de pollos) y dos de reproductores
Tanto en Buenos Aires como en Córdoba, los consumidores alertaron por las fuertes subas en supermercados, almacenes y pollerías que en algunos casos trepan al 60% en lo que va del año. No todo el impacto mayorista se puede trasladar al mostrador, pero no se descartan otros incrementos.
Según un comerciante minorista hace meses que se da un aumento paulatino y constante, lo que hace que se acumule una diferencia del 50 por ciento en los últimos 20 días.
Hoy el costo del kilo de pollo entero en las pollerías de la ciudad de Córdoba va de 765 a 900 pesos. Los comerciantes minoristas del rubro coinciden en que los precios son “del día” y pueden cambiar cada dos días.
Por otro lado, la pechuga es otro de los productos en los que hubo un fuerte impacto, en algunos locales se registraron subas de entre el 5 y 10 por ciento cada día. El rango de costo del kilo relevado por La Voz va desde los 1.850 a 2.490 pesos. En algunas pollerías ofrecen promos comprando dos kilos.
Está claro que estas subas impactarán de lleno en la canasta básica de alimentos y en el índice de inflación de marzo.
La producción de carne aviar también se multiplicó por tres en los últimos 20 años. De una faena de 277 millones de pollos en 2003, la actividad en los frigoríficos argentinos creció hasta llegar a sacrificar 751 millones de cabezas en 2022.
Ahora, con la gripe aviar ya presente en el país, y detectada en galpones de producción, la vigilancia sanitaria requiere de mayor intensidad.
Mientras más tiempo permanezcan cerradas de manera preventiva las exportaciones de carne aviar –que el año pasado generaron 383 millones de dólares–, mayor será el impacto económico en la cadena. Y el consumidor lo va a sentir.
La presencia de influenza aviar en la Argentina ya obligó a sacrificar miles de aves en distintas provincias.
Olas de calor afectaron a granjas de pollos
El titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) Roberto Domenech aclara que el principal factor de las subas han sido las olas de calor tardías durante marzo. Y sobre la gripe aviar precisa: “Se sacrificaron 600.000 pollos sobre una faena mensual de 65 millones. Hasta ahora la difusión de la enfermedad es lenta y la bioseguridad parece responder”.
La razón del salto inflacionario que dieron los pollos en los últimos días, que pasaron de los 550 a los 700 pesos por kilo en Buenos Aires, según explica Domenech, es una restricción temporaria de la oferta provocada por el calor extremo de comienzos de marzo, que obligó a bajar el ritmo de producción para cuidar la sanidad de las aves, publica Clarín.
“El calor de este verano, y especialmente de los últimos 30 días, ha sido extremo. Más allá de los sistemas de refrigeración que se pueden utilizar, se incorpora la restricción en la oferta de alimento durante el día. Eso conduce a la falta de peso y disponibilidad de ‘pollo chico’, el pollo grande sube de precio por escasez y en parte arrastra al otro”, dice el titular de Cepa, y agrega que la restricción de alimentación es una práctica común de las granjas avícolas durante el verano, pero que se suele realizar en periodos de dos o tres días, no durante 25 o 30 días como sucedió este año.
Domenech asegura que los precios también son impulsados por la inflación general, ya que todos los costos de la cadena aumentan y el precio de las carnes bovina y porcina también, pero afirma que el del pollo debería estabilizarse en los próximos días.
