Después de estar vinculado durante 25 años a un negocio de su familia, Gabriel Florensa decidió armar su propio camino, y lo construyó como inversor ligado a emprendimientos tecnológicos en etapas tempranas, con una nueva escala ahora a través de Meet Capital, un fondo que se sumó a la industria de venture capital emprendedor en Córdoba.
¿Qué aprendió en casi una década y qué destaca del ecosistema emprendedor local? Estas son las claves que dejó al pasar por el segmento “La mirada”, en Ronda de negocios, la propuesta audiovisual de La Voz que se emite vía streaming por su plataforma web y su perfil YouTube.
Un traje de ángel. Los inversores ángeles son quienes arriesgan recursos propios para apadrinar los primeros pasos de un emprendimiento. “Las inversiones en tecnología son totalmente necesarias para que el founder de una startup, que tiene un proyecto muy innovador para el mercado, pueda captar sus primeros recursos para arrancar y empezar a crecer, porque no hay posibilidad de que un banco se los dé”.
Florensa estima que el ticket promedio de esas inversiones está entre U$S 20 mil y U$S 25 mil, aunque lo más complejo son los plazos para captar retornos. “Yo esperé ocho años para tener el primer exit”, confiesa, en alusión a la posibilidad de cerrar un ciclo de inversión, con el recupero del capital invertido y una determinada tasa de rentabilidad. Años atrás, en Córdoba se creó Addventure Club, una organización que aglutina a alrededor de 50 inversores ángeles.
Fuente de energía. “Ser inversor ángel te permite relacionarte con jóvenes emprendedores que van a una velocidad distinta. Estoy hablando de chicos con un promedio de 30 años. Te mantienen muy activo, la dinámica de mercado es muy buena y muy desafiante, por lo cual acompañarlos siempre es como una cuota de energía que semana a semana te va inspirando”.
Redes, más allá del dinero. “Lo importante es tener compromiso. Es necesario estar cuando te llaman y te convocan a una reunión o te preguntan y te piden opiniones, o que ayudes a contactar con gente, con mercados, con empresas, que a ellos les resulta muy difícil. La ayuda de un inversor es muy importante”.
Una escala con otras alas. “Pasar de inversor ángel a armar un fondo de venture capital es una profesionalización de lo que venía haciendo. Después de muchos años, me dije: bueno, ya está, puedo convencer a otra gente para que me acompañe en el recorrido. Por lo tanto, decidí armar un fondo, encontré los socios, levantamos capital y armamos lo que hoy es Meet Capital, un fondo muy chico, yo lo llamo un fondo boutique, porque en realidad tiene alguna distinción con los fondos tradicionales que levantan capital, hacen las inversiones y diría que esperan más en forma pasiva. Nosotros tratamos de acompañar y comprometernos con el resultado de las startups y de nuestras inversiones”.
Ecosistema cordobés. “Tenemos un ecosistema muy potente y que llama la atención en el resto del país. Córdoba le compite bastante a Buenos Aires. A pesar de no ser la provincia más grande, posee un ecosistema muy potente que le permite competir con Buenos Aires, lo que subraya la concentración de talento e innovación en la región”.