Estados Unidos y China siguen tirándose aranceles por el aire cual misiles, mientras el resto del mundo se protege la cabeza e intenta entender dónde pararse para salir lo menos dañado posible. Así, en plena ebullición, la economía mundial cierra una semana con una única variable reinante: la incertidumbre.
Un terremoto que encuentra a la Argentina lidiando con sus propias turbulencias, ya que el plan de estabilización de Javier Milei atraviesa una de sus fases más desafiantes desde 2023, asociada a la necesidad de aplicar nuevas correcciones cambiarias.
Hay que aclarar que esta –por razones editoriales– nota cierra con todo esto en pleno desarrollo. Intenta, a partir de la mirada de economistas y expertos, decodificar el nuevo tablero comercial y anticipar impactos y oportunidades posibles para el país; siempre considerando que se trata de una “noticia en desarrollo”.
“Estamos parados en un escenario de violenta incertidumbre. Cada día hay una noticia cuyo impacto sobre el comercio mundial no podemos precisar, como tampoco hasta dónde escalará esta guerra. Este escenario de mayúscula incertidumbre, que puso nervioso al mercado e hizo bajar y subir bolsas, no puede durar meses. Y una vez que se alcance cierta calma puede quedar planteado un mundo donde se nos presenten oportunidades. Argentina tiene que saber aprovechar eso de manera estratégica”, analiza Francisco Ballester, director de análisis económico de Fundación Ecosur, ligada a la Bolsa de Comercio. Para el economista, el hecho de que Donald Trump esté tomando medidas de alto impacto guiado por fines políticos más que económicos, es lo que vuelve más complejo anticiparlo.
“Mas allá de lo que haga Trump, sí sabemos que el resto del mundo no está queriendo ir a una situación de mayor proteccionismo y menos comercio. Hay líderes que no piensan que ese sea el camino; en la Unión Europea muchos consideran que está bien firmar acuerdos de libre comercio”, agrega.
Santiago Notarfrancesco, especialista en China, anticipa esa actitud incluso en el gigante asiático: “China va a intentar plantearse como lo opuesto a Estados Unidos. Va a buscar constituirse en una atracción global al multilateralismo, al diálogo. Plantearse como ayuda a los países emergentes o en vías de desarrollo y tener lo menos posible políticas proteccionistas y unilaterales. Mientras Estados Unidos se cierra, creo que el reflejo que va a mostrar China es de apertura”.
Osvaldo Giordano, presidente del Ieral de la Fundación Mediterránea, también insta a pararse ante la crisis con inteligencia: “Para ver el lado positivo, para un país tan asilado e insignificante como Argentina, este barajar y dar de nuevo en el comercio internacional genera oportunidades. Quizá ahora tenemos una importancia que no teníamos antes y que podemos aprovechar. Por ejemplo: llevamos más de un cuarto de siglo negociando un acuerdo Mercosur-Unión Europea. Quizá Francia, viendo lo poco confiable que se volvió Estados Unidos, deja de resistir ese acuerdo y mira con otros ojos la posibilidad de integrarse al Mercosur”.
Giordano insiste en que es un tiempo para pensar los vínculos comerciales con sofisticación: “Que existe la oportunidad no significa que Argentina la aproveche. Para eso, hay que ser muy inteligente y mirar dos jugadas antes que el resto en el terreno diplomático”, explica.

Los economistas coinciden en que el proteccionismo con “garrote arancelario” de Trump derivará en recesión, sólo resta saber su magnitud. Esta semana, Santiago Bulat tocó este punto al exponer en el ciclo Comité de Inversiones organizado por S&C Inversiones. Según el economista de Invecq a partir de estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), este shock de suba de aranceles y alta incertidumbre podría reducir el PIB norteamericano en dos puntos y el PIB global en un punto este año”.
Para Jorge Vasconcelos, economista del Ieral, “una eventual recesión en los Estados Unidos afectaría (a Argentina y Brasil) menos que a México, por ejemplo, por la moderada exposición de sus exportaciones al país del norte”, señaló en una columna difundida esta semana por la entidad. Y agregó que tanto Argentina como Brasil “están a cierto resguardo de los vientos recesivos de ‘primera vuelta’, aunque la caída del precio de las commodities y la expectativa de un fuerte redireccionamiento de exportaciones de Asia y Europa hacia el ‘resto del mundo’, será una movida de ‘segunda vuelta’ que habrá de impactar negativamente sobre el sector externo y el nivel de actividad”.
Cómo encuentra a Argentina
Al trazar el diagnóstico de cómo esto encuentra a Argentina, los economistas coinciden en que, aunque su situación es delicada, una fortaleza es la eliminación del déficit fiscal lograda por la administración Milei. “No se puede perder ahora el superávit”, insta Bulat.
“Esta crisis nos encuentra con la principal vulnerabilidad argentina eliminada por el gobierno de Milei: ya no existe un déficit gigantesco que se financiaba con emisiones que alimentaban la inflación y hacían que nadie quiera activos argentinos”, coincide Ballester.
En lo inmediato, los especialistas apuntan que el desafío es ir a un esquema cambiario con mayor flexibilidad y salir del peligroso cuello de botella en las reservas del Banco Central sin que eso dispare el dólar, la inflación y la incertidumbre a niveles sin retorno. La mayoría consideran que es posible hacerlo, aunque advierten que depende del modo en que la administración nacional (en sintonía con el FMI) gestione los cambios.
A mediano plazo, Giordano insiste en la necesidad de que la gestión Milei retome la agenda de reformas pendientes que plasmó en el Pacto de Mayo, destinadas a dar mayor certidumbre sobre el rumbo económico y a mejorar la competitividad de la economía argentina: “Debería empujar un shock de reformas: tributaria, laboral, de coparticipación, del sistema previsional. Iniciar el menos las negociaciones para conseguirlas. Eso ayudaría a profundizar el camino de apertura de la economía que abrió Milei y que debe continuar”.