Tres situaciones de fondo caracterizaron este lunes el 45º aniversario de la Fundación Mediterránea. Dos de ellas quedaron claramente expuestas sobre el atril –la marcha de la economía y su impacto en las empresas– y otra se acentuó en las conversaciones entre empresarios y ejecutivos que participaron de la convocatoria.
El primer hecho fue el concreto discurso de la presidenta de la entidad, María Pía Astori. La directiva, como se sabe, es una persona de palabras medidas en sus apariciones públicas. Se respalda, por lo general, en la trayectoria de la Fundación para hablar luego de los objetivos.
Vender o no vender
En esta ocasión, Astori, titular del grupo que combina la construcción premoldeada con Palmar, fue enfática y dejó abierto el debate que luego se dio entre los asistentes. “Hoy estamos viviendo una situación gravísima. Con el riesgo país de una nación en default. Con una devaluación terrible de nuestra moneda, tremenda inflación que nos afecta a todos, pero más a los más pobres”, señaló.
Remarcó entonces que los empresarios “no sabemos si vender o no”. “Industrias que cierran porque no tienen los insumos, con restricciones y limitaciones de todo tipo que nos invitan cada día a producir menos. Y una terrible y distorsiva carga impositiva”, dijo.
Y fue por más al referirse a la situación empresarial: “Estamos todos cansados porque andar sin rumbo, agota y fastidia. Porque como empresarios necesitamos enfocarnos en cómo ser más competitivos cada día produciendo bienes. Pero en vez tenemos que estar mucho tiempo estudiando finanzas, sorteando trabas y obstáculos”.
Plan que perdure
Luego, Astori apuntó que la Fundación Mediterránea prepara a través de su instituto de investigación económica, el Ieral, que preside Carlos Melconian un programa económico con medidas para “los primeros 20 meses del próximo gobierno”, con la vista puesta en que perdure dos décadas o más.
En ese contexto aparece el gran interrogante cuya respuesta desvela a quienes apoyan esta intención : “¿Para que lo aplique quién?” Tanto Astori como Melconian insisten en que lo que se intenta es un programa “apartidario” que se ubique “por encima de la grieta”, pero con “centro del capitalismo moderno, occidental y progresista”.
Pero, hallar el liderazgo político que ponga en marcha ese plan, es el dilema. Astori mencionó la necesidad de apuntarle a un “gran consenso nacional” ya que de lo contrario “no tenemos posibilidad alguna” y confió en que la hondura de la crisis permitirá buscar esos consensos.
Entre quienes participaron, además de representantes de empresas asociadas y funcionarios, como los ministros de Ambiente y Servicios Públicos, Fabián López, y de Finanzas, Osvaldo Giordano, se contaban diputados nacionales del oficialismo y la oposición, como Eduardo Fernández y Héctor Baldassi. Del lado empresario concurrieron Jorge Riba (Dulcor), Daniel Giacosa (Piamontesa), Sergio Roggio (Peñón del Águila), Juan Carlos Rabbat (Universidad Siglo 21), Martín Amengual (Amerian), entre otros.
Luego llegó el plato fuerte de Melconian, sobre todo por la expectativa que generó en su momento la reunión que mantuvo con la vicepresidenta, Cristina Fernández.
“Presión muy fuerte”
“Tengo la impresión de que va a haber una presión muy fuerte del FMI para volver a las metas”, dijo, en alusión a la presencia en Washington la ministra de Economía, Silvina Batakis. El economista le asignó un valor fundamental a la actitud que adopte el organismo frente al pedido de flexibilizar los objetivos planteados en un cuarto al que caracterizó de “incumplible” desde su inicio.
Al comparar diferentes ciclos históricos, Melconian expuso que el llamado “fabregazo”, una devaluación producida durante el anterior gobierno kirchnerista, se dió en un entorno macroeconómico mejor que el actual por la “magnitud de los desvíos” en el gasto público.
El titular del Ieral no descartó, entonces, que el FMI pida una devaluación del dólar oficial. “Che, tengo una idea...¿y si devalúas?”, dijo que podría sugerir el organismo frente a la actual situación de atraso del tipo de cambio y falta de dólares para que funcione la economía.
“Si no hay ajuste, esos cuatro mil millones no van a entrar; sino barajamos y damos de nuevo este programa, ese dinero no va a entrar. La nueva exigencia será volver a la ruta de los números fiscales, monetarios y externos”, dijo en alusión a la remesa que debería llegar en septiembre.
Sobre la inflación, el economista la situó para julio entre el 7 y el 8 por ciento, aunque no por encima de esta última referencia. No obstante, advirtió que a un ritmo del seis por ciento mensual, llegará tres dígitos para el cierre del año.
Idesa en la reforma previsional
El presidente de Idesa, Jorge Colina, trabaja en un capítulo vinculado con la reforma previsional, en el marco del programa económico que el Ieral-FundaciónMediterránea, pondrán a disposición del próximo gobierno nacional, cualquiera sea el presidente elegido. Carlos Melconian confirmó que el instituto está “trabajando con gente de Córdoba”.
Luego trascendió la participación de Idesa, entre cuyos fundadores se encuentra el actual ministro de Finanzas de Córdoba, Osvaldo Giordano. El relevamiento de datos críticos del sistema, es uno de los desafíos del análisis.