Jemersoft es una pyme tecnológica joven que apuesta a crecer innovando el tradicional modelo de negocios de la industria. No le interesa vender horas de programación a través del modelo software factory (producir software), sino aplicar la transformación digital para encontrar nuevas alternativas de negocios para sus clientes.
Tampoco busca sumar cuentas porque sí. De hecho, deriva trabajos en startups a las cuales se asocia a través de We Partner, su propia aceleradora y fondo de inversión.
Nació en 2019, cuando se conocieron Agustín Álvarez, integrante de la familia dueña de Nuevocentro y del hotel Quinto Centenario (ex Sheraton Córdoba), y dos ingenieros empleados de una compañía tecnológica que los tenía como clientes, Darío Samban y Franco Bostico.
Hoy tienen cerca de 60 empleados, la mayoría haciendo home office, exportan 20% de sus ventas a países de América y tienen planes avanzados para crecer en Chile, Guatemala, Perú y Centroamérica.
“No nos interesa vender horas de programación. Acompañamos la transformación digital de nuestros clientes abriendo las puertas de nuevos negocios para ellos, identificar oportunidades que les permita llegar a las grandes ligas a través de la tecnología”, resalta Álvarez, CEO de Jemersoft.
La compañía se especializa en infraestructura cloud (computación en la nube), tecnologías aplicadas a la experiencia de usuarios y ciberseguridad.
Según Álvarez el mayor salto de Jemersoft lo dio en 2021 y para este año puede subir otro escalón más de manos de sus clientes y del crecimiento de las exportaciones.
Entre sus cuentas más importantes –cuyo nombre mantiene en reserva por cuestiones de confidencialidad– están dos de los contact center más importantes a nivel nacional, para los cuales digitalizaron procesos internos que luego permitieron ofrecer nuevos productos en materia de BPO (business process outsourcing).
En otro caso, desarrolló soluciones de homebanking y billeteras virtuales para una cooperativa que le permitió entrar en nuevos negocios como emisión de tarjetas y otros productos bancarios, a punto tal que ahora alquila infraestructura financiera a otras empresas.
“Este modelo es también una propuesta de valor para nuestros equipos. Hoy tenemos uno de los índices de rotación más bajos de la industria, con dos años de permanencia. De hecho, las primeras cinco incorporaciones que tuvimos en Jemersoft todavía están en el equipo”, agrega Samban, director de Operaciones.
Trabajar con “startups”
Para los socios de Jemersoft, invertir en startups es algo más que una apuesta, es una parte sustancial de su modelo de negocios.
Comenzaron desarrollando una spin-off (emprendimiento que se desprende de una compañía madre y que luego toma forma propia como empresa) para atender a un cliente que no estaba en condiciones de pagar sus tarifas.
Actualmente, tiene en marcha un programa de aceleración de seis startups, de las cuales son accionistas –y están en la mesa de decisiones– en cuatro de ellas.
Su propuesta es tomar emprendedores que tengan productos y equipos y agregar valor en base a tres líneas de trabajo:
- Estrategia y consultoría para la búsqueda de mercados, clientes y monetización de los productos.
- Apoyo en el desarrollo de productos digitales.
- Asesoramiento en los planes de internacionalización.
Una de las startups, Samply, desarrolla una plataforma de comercialización que ya está automatizando ventas –hace la validación de productos con los clientes– en clientes de Centroamérica.
“El mayor problema que tienen actualmente las startups no es tanto el capital, sino resolver el problema del escalamiento. Una vez que tenés el producto y ya probaste en el mercado que funciona, cómo hacer que crezca y que el emprendimiento deje de ser un proyecto y empiece a facturar”, explica Bostico, director tecnológico de la compañía.
Si bien We Partner ya está en actividad, la aceleradora hará su presentación en sociedad en las próximas semanas, cuando mostrará sus propuestas de trabajo con emprendedores en estadío temprano.
