Hace algo menos de un año, la Comisión Nacional de Valores (CNV) habilitó a las personas de 13 años en adelante a realizar toda clase de inversiones en el mercado de capitales, con el correspondiente permiso y asesoramiento de los padres.
Los especialistas, en general, entendieron que se abrió una “oportunidad” para que los jóvenes aprendiesen sobre el mundo financiero desde temprano.
En el marco de la ley nacional de Financiamiento Productivo, sancionada en mayo de 2018, la Nación insta a formular una estrategia para dictar educación financiera en las secundarias; un año después, incluso, se publicó un Plan Nacional de Educación Financiera.
Pero como las escuelas dependen de las provincias, es a ese nivel que se deben desarrollar los contenidos. El panorama es heterogéneo: ya se dicta en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) en la primaria, mientras que con un programa del Banco Central hay casos en Chaco, Catamarca, La Pampa, La Rioja, Misiones, Neuquén, San Juan, San Luis, Santa Fe y Tierra del Fuego.
En Córdoba, el año pasado la Unicameral sancionó la ley alfabetización financiera desde el jardín de infantes. Ahora, el Ministerio de Educación provincial avanza para definir contenidos y capacitar a los docentes.
El próximo panel del ciclo “Voces que suman” estará dedicado, precisamente, a la educación financiera, a cuánto hemos avanzado y cuánto nos falta; a las mejores estrategias de incorporación del tema en los colegios; el rol de la banca; los impactos de las estafas y de las apuestas online, entre otros ejes.
En la actividad participarán Gabriela Totaro, psicopedagoga y directora GT Educación Financiera; Juan Pablo Mon, director comercial de Bancor; Dardo Battaia, CFO de Banco del Sol, y José Trajtenberg, CEO y cofundador de Xcapit. La moderación estará a cargo del periodista Daniel Alonso, coordinador del ciclo, que cuenta con la producción ejecutiva de Sebastián Gilli.
Termómetro
La última cuantificación de los conocimientos financieros de los argentinos data de 2018 y es el resultado de una encuesta que hizo la CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina: con un índice de 11,5, la Argentina quedó en el último lugar detrás de Chile, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.
Por cierto, está debajo del promedio de los países del G-20 (12,7) y de los integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos–Ocde (13,7). Entre 39 evaluados, terminó en el puesto 37.
Por caso, solo el 9% de las personas pudieron calcular tasas de intereses simples y complejas, y muy pocas valoraron la importancia de diversificar las inversiones. Sin embargo, casi todos (91%) respondieron bien sobre inflación. En ese ítem, el país quedó mejor posicionado que Alemania.
Según la Ocde, los países con mejor educación financiera tienen una economía más sólida y sus ciudadanos tienen un nivel de vida más alto.
De hecho, diversos estudios de este y otros organismos parecen demostrar que la educación financiera está directamente relacionada con una mayor capacidad de ahorro, una mejor toma de decisiones y un menor peso de las deudas en las familias.
Según esos estudios, una mejora del 1% en los índices de educación financiera podría impactar hasta en un aumento del alrededor del 3% en el producto interno bruto (PIB) per capita.
Iniciativas
En la actualidad, tanto en la Argentina como en la región, existen diversas iniciativas que se están desarrollando en materia de educación financiera, desde contenidos públicos hasta programas encarados por instituciones financieras (también educativas), lo que incluye a plataformas que proponen contenidos para el segmento de los adolescentes.
El desafío principal siempre es traducir los conceptos a un lenguaje que los más chicos puedan asimilar y recurrir a estrategias de aprendizaje que les permitan saber cómo aplicar lo que aprenden en su vida diaria. Esa es la manera –coinciden los expertos– en la que el conocimiento se vuelve interesante. También los docentes deben ser capacitados para poder abordar estos programas.
Hay experiencias en diferentes lugares que demuestran que estos proyectos también tienen impacto en fomentar la mentalidad emprendedora entre los estudiantes. Los programas aplicados en estos casos apuntan tanto a la alfabetización financiera como al desarrollo de competencias que incluyen la capacidad de iniciativa y los trabajos autónomo y en equipo.
La CAF señala que un estudio piloto de 2016 en Perú, que incluyó a 20 mil alumnos secundarios en 300 escuelas de seis regiones del país, evidencia que estos programas pueden generar beneficios significativos más allá de las aulas, en especial en hogares vulnerables.
Cuando los chicos aprenden sobre finanzas personales en la escuela, comparten ese conocimiento en sus grupos familiares, por lo que también puede tener un impacto positivo en los adultos.
Si bien los padres no fueron la población objetivo de la intervención, se rastreó a más de 10 mil tutores de los niños en la muestra experimental. Los registros brindan información sobre el acceso al crédito y la morosidad de cada individuo más de tres años después del inicio del piloto.
Cuando se mide el efecto promedio de las lecciones de educación financiera sobre los padres, se encuentran impactos indirectos limitados. Sin embargo, los efectos indirectos intergeneracionales de niños a padres son particularmente importantes entre los hogares más vulnerables.
Entre las madres o los padres de nivel socioeconómico bajo, las lecciones de finanzas personales que recibieron sus hijos tienen efectos importantes sobre su comportamiento, e incluye una reducción del 26% en su probabilidad de morosidad, un incremento en su puntaje crediticio del 5% y un incremento del 40% en los niveles de deuda.
Para agendar
El panel. Gabriela Totaro (psicopedagoga y directora GT Educación Financiera); Juan Pablo Mon (director comercial de Bancor); Dardo Battaia (CFO de Banco del Sol), y José Trajtenberg (CEO y cofundador de Xcapit).
Emisión. El martes 1° de julio, desde las 12, en transmisión vía streaming por las plataformas de La Voz, de Los Andes y de Vía País, además de YouTube.
Apoyo. La actividad cuenta con el apoyo de Bancor, Banco del Sol, Naranja X, Personal Pay, Agencia Córdoba Turismo y Municipalidad de Córdoba.