Argentina tiene, para el tercer trimestre del año, una expectativa neta de empleo (ENE) de 3%, un punto porcentual más que en el segundo trimestre.
Este mínimo resultado positivo surge gracias al aporte de rubros como energía y servicios públicos, con una ENE 37%, seguidos por transporte, logística y automoción, con 24%.
El liderazgo en la creación de empleo se refleja en el análisis regional. La Patagonia es la región con mejor registro (28%), donde el sector energético encabeza la demanda de nuevos trabajadores, seguido del noroeste argentino (NOA) con 13%, impulsado por la minería.
En negativo, se ubicaron el nordeste argentino (NEA), con una ENE de -4%, y Cuyo, con -1%.
El dato es que la región pampeana, donde está Córdoba, registró un ENE de 0%, lo que quiere decir que la cantidad de empresas que tienen planes de sumar trabajadores es la misma que las que reducirán sus equipos.
El dato es reflejo de la manera tan heterogénea en que se está dando la recuperación de la economía, según lo explica Luis Guastini, director general y presidente de ManpowerGroup Argentina y director de Talent Solutions para Latinoamérica.
“Energía, minería, logística y automoción (automotrices y concesionarios) tienen planes concretos de sumar trabajadores. Otros sectores más transversales en la economía, como bienes y servicios de consumo, finanzas y comunicación, están en línea con la media nacional o por debajo”, señala.
La economía de la zona pampeana está directamente ligada a los sectores más transversales de la economía, lo que explica el estancamiento en materia de empleo. Cabe advertir que, en el primer trimestre, la expectativa cayó 3%; en el segundo trimestre, subió 4%, por lo cual el 0% del tercer trimestre muestra cómo buena parte de la economía “está tardando en dar señales de reactivación”, explica Guastini.
Argentina, la última de la tabla del empleo
El estudio se realizó del 1º al 30 de abril en 42 países y territorios del mundo. Argentina ocupó el último puesto junto con Rumania.
Pero además hay que destacar que la mayoría de los países latinoamericanos están muy por encima: Brasil tiene una ENE de 33%; México, de 28%; Perú, de 24%, y Chile, de 18%.
“Parte de este optimismo en la región tiene que ver con el proceso de nearshoring (trasladar industrias a países cercanos a sus mercados más importantes) de empresas que buscan salir de la concentración en Asia. Mientras América latina recibe inversiones, Argentina no es competitiva, segura o atractiva”, resalta Guastini.
Para el directivo, el contexto macroeconómico de estabilidad es favorable para las inversiones, pero los inversores globales realizan un “doble examen” a la Argentina, ya que “nuestro pasado nos condena”, en referencia a la desconfianza que todavía suscita la economía argentina para el capital global.
“La ley Bases ayudó a generar procesos de reordenamiento. Pero, en términos de competitividad impositiva y laboral, el país sigue siendo poco competitivo y con salarios en dólares impuestos elevados”, reflexiona el directivo de ManpowerGroup.
