Hace unos días finalizó la COP30 (Conferencia de las Partes) en Belém (Brasil), en la que Latinoamérica y el Caribe -una de las regiones más vulnerables a los crecientes impactos de los desastres naturales- analizaron la necesidad cada vez más urgente de crear las condiciones para atraer capital privado y generar empleo.
La sustentabilidad es ambientalismo, pero no sólo eso, sino un modelo de gestión que requiere de la creación de valor cuádruple, integrando, además de lo ecológico, los aspectos sociales, económicos y de gobernanza.
Diferentes países ya tienen en marcha la instrumentación de incentivos que están acelerando esta agenda, destacándose entre ellos el fuerte escrutinio y los requisitos del mundo financiero y la necesidad de competitividad global para las pymes.
Hay herramientas tecnológicas que colaboran para cumplir con las exigencias, como blockchain y la tokenización para crear mercados verificables de créditos de carbono y de energía renovable.
Pero también se convive con la falta de acuerdos a nivel macro, lo cual impulsa a los estados subnacionales a asumir un rol protagónico en la generación de alianzas estratégicas y de normativas.
Un nuevo panel del ciclo Voces que suman tuvo como foco estos temas. Participaron Carlos Villar, presidente de Hins; Carolina Ulla, líder de Aero Regenerativo; María Constanza Ferrer, gerente de Sustentabilidad de Telecom Argentina; y Fabián López, ministro de Infraestructura y Servicios Públicos de Córdoba.
La actividad contó con la moderación del editor de Negocios de La Voz, Daniel Alonso, además de la producción ejecutiva de Sebastián Gilli.
Villar, quien participó de en COP30 de Brasil, consideró que se atraviesa “un momento de retroceso en algunas cuestiones en las que hay compromisos que ya estaban asumidos y que, por cuestiones geopolíticas, hay cambios”.
“Los países centrales, que son los que deberían estar aportando financiamiento para las soluciones que se necesitan para alcanzar los objetivos fijados, no lo están haciendo. Hay que acordar un mecanismo que permita abstraerse de los vaivenes”, apuntó.
El especialista explicó que, al comienzo, se demoró el acuerdo sobre las temáticas que se iban a tratar y, al final, no se lograron los compromisos de reducir los combustibles fósiles, tampoco para el financiamiento climático, ni hubo avances en el desarrollo de los mercados de carbono, que es una de los instrumentos clave para ir en esa dirección.
“Sí hubo algo que cambió. La ciencia muestra que el gas efecto invernadero en el ambiente ha ido creciendo -añadió Villar-. Antes nos ocupábamos más de lo que es la mitigación, de cómo reducir, de cómo compensar. Hoy lo que está discutiendo el mundo es la adaptación”.
En esa línea, dijo que “las catástrofes naturales están y vinieron para quedarse y cada vez van a ser peor. Entonces, es crucial cómo instrumentamos el financiamiento para combatir lo que está pasando y lo que va a venir. Ahora, lo que no se define es cómo vamos a financiar esto. Es como que seguimos bailando en el Titanic”.
De lo macro a lo micro
Frente a este escenario macro, a nivel micro la agenda sigue avanzando. Por ejemplo, Ferrer precisó que Telecom amplió el equipo de trabajo e integró el de medio ambiente al equipo de sustentabilidad.
“Cambió mucho el eje de trabajo; fue entender más en profundidad cuáles eran las demandas climáticas que teníamos que atender y que la industria de la tecnología tiene por delante.En cuanto a los incentivos, desde la pospandemia crecieron fuerte los requisitos por parte del sector financiero, lo que hace que las compañías aceleren sus planes”, explicó.
Graficó que cada vez que la compañía dialoga con un organismo internacional de crédito o un banco, les piden incluir compromisos de sustentabilidad como condición para obtener el financiamiento.
“Hace muchos años eso era impensado, era parte de estas conversaciones. Por eso los equipos de sustentabilidad trabajan codo a codo con los de finanzas”.
La banca pide definir algunos indicadores relacionados con la agenda ambiental, por caso, compromisos de largo plazo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Telecom validó esos objetivo frente a la Science Based Targets Initiative (organismo mundial con base científica). “Hace años medimos nuestra huella, fortalecimos esa medición con una consultora europea y adherimos a una iniciativa global de la que participa Naciones Unidas y distintos organismos que definieron procedimientos para entender si los compromisos son cumplibles. Se los analiza con rigor científico. En nuestro caso, la reducción pautada es de casi 60% de las emisiones para 2034. Somos una empresa que cotiza en la Bolsa de Nueva York, tenemos requerimientos constantes de información”, indicó.
Políticas públicas
En cuanto a los incentivos que el sector público viene poniendo en juego, López señaló que las políticas diseñadas en Córdoba van en esa línea. Apuntó la de “tokenización” de la energía, para “empoderar al usuario y que pase a ser un generador de energía limpia” y también, a través de recibir tokens, mitigar sus emisiones.
“Contar con una ‘tokenización’ de crédito de carbono permite ser un actor directo en la lucha contra el cambio climático. Eso ya está en marcha. Córdoba va a camino a tener un estándar con una ‘tokenización’ con la que cualquier persona, desde su teléfono móvil, puede determinar sus emisiones y puede comprar créditos de carbono para compensar”, definió.
Para el funcionario, esto permitirá “pasar de la retórica métrica a tener una cuantificación real”. Agregó que en 2023 la provincia emitió casi 30 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente en ese año con todas sus actividades. El sector energético contribuyó casi la mitad.
El objetivo a 2030 es una reducción del 30%. Para dar una idea de lo que implican esos números, indicó: “Es como pensar qué importa si uno tira un papelito en la calle. Pero si todos lo hacen, es un gran problema. A veces prima el individualismo por sobre el compromiso social; cuando se impone el segundo, el beneficio para la comunidad en su conjunto es importante”.
Según explicó, al tener la energía “tokenizada” y a través de una wallet (billetera virtual), una persona puede comprar un token, por ejemplo, de $ 100 y ser partícipe de un parque solar comunitario, un biodigestor o una pequeña central hidroeléctrica.
¿Y las pymes?
Ulla se refirió a cómo las empresas más chicas asumen los desafíos de sostenibilidad. Subrayó que este tipo de compromisos “hacen a la competitividad y la rentabilidad” por lo que, si no cuentan con una estrategia de sustentabilidad, “no pueden abrirse al mundo que es cada vez más exigente. Hoy las pymes pueden hacer diferencia en la medida en que tengan una gestión sustentable”, dijo.
La especialista detalló que, como exportadores de materia prima, el país y Córdoba son parte de la cadena de valor, pero todavía se está en un “estadio de sustentabilidad muy básico” y eso provoca que muchas veces, con las pymes, hay que empezar desde cero.
“Es clave tomar el concepto como un modelo de gestión que abre las puertas a los mercados. Ya no alcanza con reducir, hay que ir por más, por prácticas más auténticas y genuinas”, opinó.
También apostó al recambio generacional en las compañías. “Tiene que ver con las empresas familiares, los hijos empiezan a entender que es un modelo que implica llegar a nuevos mercados. Los jóvenes son grandes traccionadores y los consumidores del futuro van a elegir productos y servicios sustentables. Hay una dimensión ética; creo que no existe otra manera de hacer negocios que no sea desde la transparencia”, concluyó.
Voces del panel
Carolina Ulla, de Aero Regenerativo: “La sustentabilidad es un modelo de gestión”
“La sustentabilidad ya no es solo el ambiente, hoy hace foco en la creación de cuádruple valor. Hay que entender que la sustentabilidad tiene que ver con gestionar el capital económico, el capital cultural; hoy implica hablar de responsabilidad social. Por eso la responsabilidad social y la sustentabilidad son dos conceptos que van a venir como meta y objetivo. Es un modelo de gestión, una manera de hacer las cosas en una empresa, en el Estado. Por ejemplo, Aero Regenerativo es una empresa B, entendemos que desde la fuerza del mercado podemos transformar el mundo. Cuidar el planeta y cuidar a las personas, ya no desde una ONG, sino como fuerza económica del mercado”.
María Constanza Ferrer, gerente de Sustentabilidad de Telecom Argentina: “Es una misión que nunca termina”
“En Telecom, desde hace más de 15 años venimos trabajando en nuestra política y estrategia de sustentabilidad. En los últimos años lo que venimos viendo es que el concepto se sigue fortaleciendo y creciendo con variantes. Al menos desde el sector corporativo hemos comprendido y hemos sabido cómo integrarlo al negocio. La agenda de sustentabilidad, en definitiva, es cada vez más desafiante, es una misión que nunca termina y que tiene esta cuota de novedad permanente, de actualización, porque sus desafíos cambian y se complejizan. Para las empresas hay muchos frentes abiertos que tienen que ver con cambio climático, con medición de emisiones y con respuestas a inversores. Cada vez más hay exigencias desde los diferentes actores”.
Carlos Villar, presidente de Hins: “Córdoba es un buen ejemplo de interacción”
“La sustentabilidad entendida como una cuestión general fue migrando en los conceptos y hoy tiene muchas verticales. No solo en los modelos de negocio, sino también en cómo las distintas instituciones interactúan en el ecosistema, ya no solo en su cadena de valor, aguas arriba, aguas abajo, sino también con el sector público, con la academia, en cómo construir un ecosistema para que la sustentabilidad pueda llevarse a la práctica. Un buen ejemplo de eso es Córdoba, cómo los distintos sectores articulan a partir de normativa, a partir de articulaciones público-privadas. Hoy las empresas privadas están entendiendo que hay que encontrar la forma de incorporar la sustentabilidad a su modelo de gestión, a cada una de las unidades”.
Fabián López, ministro de Infraestructura: “Hay que comprometerse con acciones”
“En los últimos años han cambiado las políticas de los Estados, incluso con algunos queriendo retirarse de acuerdos internacionales. Lamentablemente esas actitudes están poniéndole un freno al desarrollo de políticas de sostenibilidad y han sido muchas veces los Estados subnacionales los que han tomado la responsabilidad en aquellos lugares donde los nacionales no han generado las condiciones necesarias. Mientras eso sucede a nivel macro, provincias y muchos actores del sector privado y de la comunidad científico-técnica se van consolidado con acciones muy específicas y responsables. Es el compromiso que hay que tomar con la sustentabilidad para permitir proyectar lo que sigue, para que las generaciones futuras puedan vivir en un planeta en las mismas condiciones o mejores que las actuales”.
