En el último trimestre de 2024, la tasa de desempleo fue de 6,4%. Si bien ha aumentado con relación a igual período de 2023 (5,7%), sigue siendo baja en términos históricos, ya que en la última década se ubicó por encima de 8% en promedio. También es baja, considerando la recesión del último año.
Por el lado del empleo, el número de asalariados registrados cayó en 200 mil personas, los asalariados no registrados se mantuvieron estables y los cuentapropistas aumentaron en 300 mil personas. Así, el empleo subió en 100 mil personas de la mano del cuentapropismo, mientras que el desempleo aumentó en 150 mil personas.
¿Por qué el desempleo es bajo a pesar de la recesión?
Según los datos del Indec, entre el cuarto trimestre de 2024 e igual período de 2023 se observa que:
- el desempleo (población sin empleo que busca activamente uno) creció en 150 mil personas;
- el empleo demandante (población con empleo que busca activamente trabajar más) creció en 250 mil personas;
- el empleo disponible (población ocupada que no busca activamente otra ocupación, pero está disponible para trabajar más) creció en 50 mil personas.
Es decir que el aumento en el número de empleados demandantes y disponibles duplicó al de personas desempleadas. Estos datos muestran que la falta de empleo no se refleja tanto en personas desocupadas como en personas que, estando empleadas, necesitan trabajar más y no encuentran. Pero este problema queda oculto cuando se habla solo de desocupación.
Un indicador que visibiliza esta problemática es la presión sobre el mercado de trabajo, que está conformado por el universo de desocupados, subocupados, ocupados demandantes y ocupados disponibles. En el último trimestre de 2024, este indicador alcanzó al 29,4% de la población económicamente activa, frente al 27,4% en igual período de 2023.
El problema es de calidad, no de cantidad
Los números muestran que el problema en Argentina no es la falta de empleo, sino la calidad de los empleos existentes y nuevos. En primer lugar, tener un empleo parece no ser suficiente para llegar a fin de mes, por lo que los ocupados salen a buscar un segundo empleo o solicitan trabajar más horas.
En segundo lugar, cuando una persona no logra conseguir empleo en una empresa formal generalmente apela a autoemplearse. El aumento del cuentapropismo ayuda a entender por qué el desempleo es bajo, aún en tiempos de crisis.
Si bien la expansión de las nuevas tecnologías ha abierto nuevas oportunidades de trabajo (hoy se puede usar el auto para transportar personas, la moto o bicicleta para hacer repartos, o bien las redes sociales para vender productos), lo cierto es que muchas veces es la única opción que queda.
Para que las personas consigan empleos de mejor calidad, en empresas privadas y de manera formal, hay que modernizar las instituciones laborales. Hasta ahora, se han hecho sólo avances parciales, eliminando distorsiones graves en la legislación laboral, como la multiplicación de la indemnización por despido. Pero siguen vigentes regulaciones obsoletas, como la centralización de los convenios colectivos o las elevadas cargas sociales, que desincentivan la creación de puestos de trabajo en blanco.
* Economista de Idesa